Si hay una saga de capataces con historia en la ciudad de Sevilla, esa es la de la familia Bejarano. Este año cumple, ni más ni menos, que 100 años en el martillo de la Patrona de la ciudad, Nuestra Señora de los Reyes.
Fue D. Eduardo Bejarano Vélez el primero en ponerse al mando del paso de la Virgen. Hoy, es la cuarta generación de la familia la que se pone cada 15 de agosto delante del martillo, concretamente, D. Eduardo Bejarano Uceda y Eduardo Bejarano del Corral, padre e hijo.
Según estos capataces, llevar el paso de la Virgen de los Reyes no es tarea fácil, ya que no se cuentan con ensayos previos, como ocurre con las hermandades de Semana Santa y porque el paso, pese a sus pequeñas dimensiones, pesa mucho, y los hombres salen con los cuellos castigados.
Eduardo Bejarano (padre), recibió el martillo de mano de su padre, D. Manuel Bejarano, a quien se le debe el paso racheao del Señor del Gran Poder, en el año 1981, con apenas 33 años.
Padre e hijo coinciden en el momento más emocionante de la procesión, que no es otro que el momento en el que la Virgen se detiene en el cancel con el repique de las campanas de la Catedral de fondo. También coinciden en que es el manto rojo, el de los Montpensier, el que mejor le sienta a la Señora sevillana.
25 hombres irán bajo su mando. 25 corazones, que a las claras del alba del día 15 de agosto, sueñan con pasear a la que es capaz de aunar los corazones de todos los sevillanos.
Raquel Medina