LO ÚLTIMO

jueves, 21 de agosto de 2014

Sendero de Sueños: Ni la calle ni los títulos... Eso no es caché


Como cada semana... aquí estoy, sin parar de darle vueltas a este mundo cofrade que es más complicado que complejo; me explico: es complicado y no complejo porque depende de la buena voluntad de todos, de cada uno de nosotros, de que cada uno ponga lo mejor de sí, pero claro... si cada uno de nosotros anteponemos nuestros intereses a los de los demás...,  mal camino recorremos si no nos concienciamos de que todo debe estar orientado al servicio a los demás y dejamos de pensar en el "yo" para hacerlo en "nosotros" o en "ellos", asumiendo la tarea de dirigir una cofradía como un verdadero servicio y no como una promoción personal, tal como dijo nuestro Obispo en la entrevista que nos concedió hace algunas semanas.


En Sevilla está pasando algo parecido con el "problema madrugada", nadie está por la labor de dar su brazo a torcer. Sus razones tendrán, no digo yo que no, pero es algo que no llego a entender. Todos tenemos nuestra opinión al respecto, claro, pero no es a nosotros a quienes se nos tiene que ocurrir la solución idónea. Cada Hermandad busca su beneficio, todas. Recientemente, D. Javier Criado, Hermano Mayor de la Hermandad de Pasión, declaró públicamente que las cofradías de la Madrugá arreglen su jornada entre ellas, sin tocar el Jueves Santo, por lo que esa opción quedaría descartada, ¿no?, el Consejo no querrá otra jornada con los brazos levantados. Si queremos arreglarla desde atrás... malo también, más hermandades en alzamiento.

¿Es esto una demostración de querer el bien común? Aún recuerdo el año, en Córdoba, en que la última hermandad de una jornada, hizo detener su cortejo más de 30 minutos para que entrara en Carrera Oficial la penúltima del día en el orden de paso habitual, siendo las dos únicas cofradías que habían salido a la calle, con retraso a causa de la lluvia, y aún habiendo llegado antes a las cercanías del palquillo de entrada. ¿Qué por qué detuvo su cortejo? ¿Porque parecía que si no pasaba la última perdería caché?. Jajaja..., y perdonad que me ría, pero es que para mí, la solera, el caché, o como quieran llamarlo no lo da el puesto en que se pasa ante el militar con cabeza de torero, ni el subir la Calle Nueva con una manta de marchas, ni el que la insulsa plaza de Las Tendillas rompa, si es alguna vez lo hace, en aplausos ante una buena levantá o una revirá o que una hermandad cualquiera tenga un título imposible de memorizar.

Para mi el caché lo da el invierno, cuando el frío cala tus huesos y te acercas al templo y te plantas ante tus Titulares, un día cualquiera. Para mí el caché es hablar de tus Titulares y que tus interlocutores sepan de qué hermandad hablas y se queden con la boca abierta y el vello de punta. Para mí el caché son sus hermanos acudiendo a los actos, los fieles rezando y la mirada emocionada de aquella mujer anciana que apenas sin poder andar se acerca siempre que puede a estar con Ellos, o la mirada de inocente asombro de aquel niño que ve en Aquél Hombre o en su Bendita Madre la misma imagen de su felicidad.

Eso señores es caché.  Eso es lo que tenemos que valorar.

Raquel Medina







Hoy en GdP