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domingo, 28 de septiembre de 2014

El Besamanos de Santa María de Consolación de la Hermandad de la Sed por Benito Álvarez


Excelente reportaje de nuestro colaborador Benito Álvarez (Franciscano y De Paula) del Solemne Besamanos celebrado por la Hermandad Sacramental de Congregantes de la Inmaculada Concepción y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Sed y Santa María de la Consolación Madre de la Iglesia de Sevilla, conocida comunmente como Hermandad de La Sed en honor de su Santa María de Consolación.



Bajo la advocación completa de Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, la imagen fue adquirida en 1969 por la Hermandad al escultor Antonio Dubé de Luque. Esta talla de Dolorosa sevillana tiene como uno de sus distintivos sus bellos ojos azules, una particularidad muy poco habitual en este tipo de imágenes. Con la mirada algo baja, presenta su cuello minuciosamente anatomizado y unos suaves rasgos faciales donde destaca el hoyuelo del mentón y su perfilada boca entreabierta. El propio Dubé de Luque restauró esta imagen en el año 1991, modificando su original encarnadura blanquecina por una policromía en tonos más morenos.



La Hermandad surge en la década de los años sesenta del siglo XX en un el barrio de nueva creación -Nervión-, por iniciativa de un grupo de jóvenes cofrades, y a la luz de las conclusiones finales del Concilio Vaticano II.

Sus primeras Reglas se aprueban en 1969, con no pocas dificultades iniciales.

Se tomó como advocaciones titulares las de un Cristo que se encontraba en la parroquia de la Concepción y que se había perdido en los disturbios de 1936, y la de Santa María de Consolación Madre de la Iglesia.

En los primeros tiempos de la vida de la Hermandad su actividad y patrimonio crecen de forma muy considerable. Así, en solo tres años se realizan las imágenes de sus titulares, la Virgen de Consolación y del Santísimo Cristo de la Sed; el altar para alojar a sus imágenes; el paso de Misterio para el Cristo, y se inicia la realización de los elementos del paso del palio y se llega a la fusión con la Sacramental de la parroquia; lo que quiere decir que la Hermandad se consolida, en unos años en los que a su vez su vinculación con la feligresía se hace más efectiva.



Como consecuencia de los compromisos adquiridos de acuerdo a su espíritu fundacional, durante las salidas procesionales de esos años, que por decisión de la autoridad eclesiástica se realizan en el Viernes de Dolores y con el antifaz sin capirote, la Corporación realiza visitas a instituciones como la Cárcel Provincial y al Sanatorio de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

En el año 1978 se aprueban sus nuevas Reglas, estableciéndose su carácter penitencial, y en abril del año siguiente la Hermandad realiza su primera estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.

En 1994 se celebró una serie de actos en conmemoración del XXV aniversario de su fundación.




La Hermandad de La Sed procesiona con dos pasos, que aparecen presididos por sus imágenes titulares: el Santísimo Cristo de la Sed y Santa María de Consolación, que lo hace bajo palio, respectivamente.

En el primero de ellos, el Santísimo Cristo de la Sed aparece centrado en su paso de Misterio, una espléndida canastilla de estilo neobarroco realizada en madera tallada y acabada en dorado. Su abultado molduraje de menudo calado va salpicado de angelotes, cabezas de querubes y aplicaciones de temas vegetales, y en los ángulos cuenta con candelabros de múltiples brazos curvos cuyos extremos acaban en tulipas con gruesas velas rojas.

En el segundo paso aparece entronizada la Virgen de Consolación bajo un hermoso palio bordado en oro. La precede una candelería de velas blancas combinada con flores de cera.

El 12 de marzo de 2012 quedó expuesto en el patio mayor del Ayuntamiento de Sevilla el conjunto de nuevas bambalinas para el paso de palio de la Virgen de Consolación; una espléndida obra diseñada por el ceramista Rafael Rodríguez y bordada en el taller de la veterana Charo Bernardino que se presenta cargada de simbolismo religioso, combinando elementos como: volutas en forma de agua, conchas, fuentes, estrellas o azucenas, de evocadores matices bíblicos. En la realización de estas nuevas bambalinas también intervinieron otros artistas como el pintor David Calleja, que junto a Fernando Marmolejo en la orfebrería y Fernando Aguado en la imaginería, hicieron posible el resultado de esta obra singular, uno de los estrenos más importantes de ese año.














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