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lunes, 29 de septiembre de 2014

La sinécdoque friki por Antonio Burgos



Hay una palabra española que aprendimos en clase de Lengua del Bachillerato y que lleva dentro la pregunta sobre qué Logroño significa: la sinécdoque. La sinecdo...¿qué? Pues el Diccionario de la Real Academia lo explica como para seguir preguntándolo, qué maraña de España forma el DRAE con la sinécdoque dichosa: "Tropo que consiste en extender, restringir o alterar de algún modo la significación de las palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus partes, o viceversa; un género con el de una especie, o al contrario; una cosa con el de la materia de que está formada, etc."

-- Ojú...

Eso digo yo: ojú qué forma más liosa de definir la sinécdoque. Cuando el Padre Ortiz nos la explicaba este tropo retórico divinamente en Portaceli: "La sinécdoque es tomar la parte por el todo". Y nos ponía unos ejemplos: "Tiene quince primaveras", donde se toma a una estación por todo un año; o "se quedó sola con cuatro bocas que alimentar", donde se toma a la boca de los niños por todos los hijos de la viuda.

Vuelvo hoy a la Semana Santa Friki que comenté con el hartazgo de maniquíes vestidos de nazareno en la tercera planta del Cortinglés o en los comercios de la calle Cuna. Punto en el cual tengo que preguntarle a Joaquín Moeckel si su Hermandad del Baratillo paga un canon o algo a los comercios del frikismo, porque ¿ha visto usted que en ninguno de ellos falta el azul mahón de la túnica de la cofradía de La Piedad y La Caridad? En cambio, hijo, no he visto en los maniquíes ni una sola túnica azul Carretería. Gracias a Dios. -

-- ¡Guasa con tomate del Postigo!

No, Joaquín: constatación de la peligrosa sinécdoque en que hemos convertido a la Semana Santa. Tomamos la parte de lo friki por el todo religioso. Hay costaleros a los que les importa un pimiento El que llevan arriba o La que portan bajo palio: para ellos sacar pasos es como correr la maratón de Nueva York, equipados en Decathlon. Maratón a lo divino, pero deporte al fin y al cabo. Para muchos de estos artistas de la halterofilia del levantamiento de pasos, no de pesos, es más importante el ensayo que la propia estación de penitencia. En el ensayo se lo pasan guay. Es tomar la parte por el todo otorgar este protagonismo a la mudá de la Burra o de Herodes en San Juan de la Palma, o al ensayo nocturno de las cuadrillas, dando barzones por Sevilla con una parihuela vacía. Lo triste es que hasta juntan gente, y ponen las fotos en Internet, vamos, como si fuera el Caballo de Triana entrando en La Campana.

-- Buena sinécdoque, usted, y clásica tela: llamar "El Caballo de Triana" a la cofradía de la Esperanza de la calle Larga.

Pues así todo. El sacamiento de quicio más chocante es esto de venerar al santo por la peana...sin llevar ningún santo encima de la peana. Hablar del problema del horario como el fundamental de las cofradías. Que si dejaron 15 minutos en La Campana, que si dejaron 12... ¿Esto es serio? ¿Pero esto qué es, la Semana Santa de Sevilla o el Tour de Francia? ¡Ni que La Campana fuera la meta volante, joé! La Campana es el símbolo más triste de la sinécdoque friki. Las cofradías ya no hacen estación de penitencia a la Catedral: hacen estación de lucimiento a La Campana. Por eso quitarles músicos del cortejo o acortarles el tiempo para el izquierdo por delante, el caballito y el serrucho es nombrarles la bicha. Y de carteles absurdos de tertulias increíbles, ni te hablo. Y de pregones, para qué te voy a contar. Dentro de nada los Santizo, que van de libro, organizarán el Primer Pregón del Tío de la Caña. Y ya verán cuando Leroy Merlin organice el Pregón del Tío de la Escalera, que está al caer.

Todo sacado de quicio. Todo es la parte por el todo. La parte es el frikismo. Y el todo, pues nada menos que la conmemoración de la Pasión y Muerte de Cristo. Que es lo que tomáis como pretexto para vuestra vanidad y vuestra diversión, so frikis, que sois unos frikis.








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