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sábado, 27 de septiembre de 2014

Las túnicas bordadas en los nazarenos. La moda que rompió la iconografía


La imagen de la Semana Santa del año 2008 es la del Señor del Gran Poder con la túnica conocida como la de los cardos. Una de las imágenes del frustrado Vía Crucis de la Fe fue la del Señor de Pasión con la imponente túnica de las hojas de acanto que la hermandad recupero ex profeso para aquella ocasión. Al no salir, el nazareno de Martínez Montañés la lució el Jueves Santo de 2013. Desde entonces, 2008 en San Lorenzo y 2013 en el Salvador, los dos nazarenos cumbre de la Semana Santa de Sevilla no han vuelto a lucir en sus desfiles procesionales estas prendas bordadas.


Ambas imágenes cuentan en su ajuar con varias y riquísimas túnicas con bordados del XVIII y del XIX que quedan guardadas en las vitrinas cuando llega la Semana Santa. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo por el que a pesar de tener obras tan ricas en su patrimonio estas no forman parte de la estética procesional? O quizá la pregunta sea, ¿por qué la tienen si no la utilizan?

Echando la vista atrás es fácil sacar una conclusión: en el siglo XIX la mayor parte de las imágenes de nazarenos portaban túnicas bordadas. Es necesario destacar que por aquel entonces existían muy pocos pasos de misterio en los que apareciera la figura de Jesús con vida. Casi la única excepción es el de la Borriquita. Es en el siglo XX cuando ya nacen las hermandades que representarán misterios en los que Jesús está vivo, y como ya veremos por entonces ya se habrá instalado la tendencia a vestir al Señor con túnica lisa. En la Semana Santa del XIX por la documentación o por la prensa observamos como la mayoría de las representaciones de Jesús con vida aparecen en todas ellas con túnica bordada.

Pero es necesario justificar eso. Para el licenciado en Filología Clásica Ramón de la Campa las imágenes de Cristo están concebidas para procesionar con túnicas bordadas. «El oro se utiliza para mostrar en las imágenes el carácter de divinidad de la figura a la que representa, y quitarle las túnicas bordadas supone una mutilación del significado» asegura De la Campa. Este autor compara las túnicas bordadas con las potencias, pues considera a ambos como atributos que glorifican y dignifican a la imagen, y que resulta contradictorio eliminar. Compara con lo que ocurre con las dolorosas. Éstas continúan procesionando tanto con bordados como con coronas, sin que nadie dude de su idoneidad. «Es por tanto, una cuestión de modas que rompe con el lenguaje iconográfico de la Semana Santa de Sevilla», afirma este investigador. De igual forma piensa Francisco Javier Segura Márquez, historiador del arte, al asegurar que el hecho de que no se utilicen las túnicas bordadas en las salidas procesionales no es más que una moda. De hecho da un paso más al asegurar que las imágenes están concebidas para salir con túnica bordada: la descompensación entre la cabeza de mayor tamaño y el cuerpo más pequeño de determinados nazarenos, o la amplia separación entre la cabellera y el resto del cuerpo para poder colocar ahí la túnica son ejemplos que muestran que en efecto, el autor concibe a la imagen para salir con túnica bordada.


Como curiosidad, Ramón de la Campa asegura que cuando Cayetano González realiza el paso para el Señor de Pasión se editó un pequeño libro explicativo sobre las andas, en el que aparece explícitamente que el paso va en conjunción con la imagen del Señor con túnica bordada. Una imagen que sin embargo apenas se ha producido en un par de ocasiones.


Ambos profesionales comparan las túnicas bordadas con los estofados en los retablos. En las imágenes de talla completa se utiliza esta técnica con el color dorado para dar el brillo de santidad y divinidad a las imágenes.

Francisco Carrera Iglesias, bordador, opta por que se pueda alternar el uso de las túnicas bordadas con las lisas. «Es bueno que se utilice el patrimonio que se tiene», asegura. Para él, que también califica como moda que se haya dejado de utilizar las túnicas bordadas en muchos nazarenos, es una pena que este patrimonio quede guardado sin utilizar para lo que fue hecho.

La influencia de Muñoz y Pabón en 1910 en el Gran Poder

Hasta el año 1910 el Señor del Gran Poder procesionaba con túnica bordada en la Madrugada del Viernes Santo. Ese año, el por entonces canónigo de la Catedral Muñoz y Pabón sugiere a la Junta de Gobierno de la corporación de San Lorenzo que el Señor parecería más humano con una túnica lisa. La decisión se somete al cabildo de oficiales, que por influencia del canónigo vota a favor de la propuesta con la excepción del mayordomo. Ese mismo año el Señor procesiona con la túnica lisa. A partir de entonces y ante la buena acogida tanto en la hermandad como en el resto de público, el Señor sólo procesionaría con sus túnicas bordadas en contadas ocasiones. Tras ese cambio se producirían en cascada los cambios en las túnicas de los nazarenos. Pasión, el Señor de la Salud de los Gitanos o el nazareno de San Roque dejarían sus túnicas bordadas para procesionar con lisas.

El año clave: 2008

En 2008 la junta de gobierno que presidía Enrique Esquivias en el Gran Poder decide que el Señor del Gran Poder procesione en la Madrugada de ese año con la túnica conocida como de los cardos.

Al año siguiente, San Roque decide que por cuatro años el nazareno portara la túnica bordada de Fernández y Enríquez. En 2012 el Señor de la Victoria de la Paz estrena la primera túnica bordada. Pasión recuperaría la túnica de Patrocino López para el Vía Crucis de la Fe en 2013. Y un ejemplo más: en los Gitanos hay un grupo de hermanos interesados en recuperar una túnica bordada para el Señor de la Salud que se perdió en el incendio de San Román en 1936.

¿Estamos quizás ante un cambio de tendencia? ¿Están las hermandades queriendo recuperar las túnicas bordadas como prenda habitual para las salidas procesionales de sus titulares? ¿O acaso son hechos puntuales? El libro de los gustos y las opiniones no está escrito, pero sí el de la historia.










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