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jueves, 11 de septiembre de 2014

Sendero de Sueños: Irregularidades


Una semana más, sentada frente al ordenador deliberando sobre qué tema tratar, me estaba costando elegir entre los que tenía anotados, hasta que  me decidí. Justo en este instante, muy a mí pesar, fui consciente de que mi nombre saldría de los labios de más de uno y no con bonitas palabras, en cualquier barra de bar o conversación telefónica. Pero no puedo dejar de contar lo que he vivido... simple coherencia.

Algunos tachan a Gente de Paz de página sensacionalista o prensa amarilla. Una página donde, según ciertas personas, desprestigiamos e incluso manchamos el buen nombre de nuestras hermandades y sus componentes, simplemente por contar la verdad. "Amigos" que aseguran que no contrastamos las noticias, cosa que no es cierto y ha quedado sobradamente demostrado. No ahondaré en ello, porque hoy no toca y porque afortunadamente son muchos más los que apoyan nuestro trabajo y nos felicitan cada día por ello. Además, en esta ocasión no tengo que contrastar nada con nadie pues lo que os cuento me ha pasado a mí, en primera persona.

Por todos es sabido que en este mes de septiembre se celebran, en varias corporaciones, elecciones a Hermano Mayor. Para mi sorpresa, hace una semana, al abrir el buzón de mi casa, encontré la carta de una hermandad, en la que dejé de abonar la cuota de hermano, por deseo propio de no seguir perteneciendo a ella. Habrá quien diga que por qué no acudí a tramitar mi baja... ¿qué quieren que les diga?, "el que la lleva la entiende", La carta en cuestión, me daba derecho a votar en las inminentes elecciones. Unas elecciones que, a pesar de empezar con dos candidaturas, se han visto reducidas a una sola, la oficial, la que el gran controlador, ha designado, a dedo, para seguir con el mango de la sartén en la mano, así como suena.

Si las Reglas estipulan que todo aquel hermano que esté dos años sin abonar la cuota, será dada de baja, ¿cómo conservo el derecho al voto?, ¿no contraviene las reglas?, ¿no es ilegal?... luego alguien tiene la ocurrencia de impugnar, lo contamos... y algunos se llevan las manos a la cabeza y ponen el grito en el cielo, por contarlo, no porque suceda. 

Gracias a Dios, mi familia y yo, somos coherentes, cualidad que creo que han perdido algunos de los que habitan en aquella casa junto a la puerta que daba la entrada a nuestra ciudad. No pretendo dar lecciones de ética ni moralidad, pues no soy quien para hacerlo, soy pecadora, pero sí de coherencia, algo tan sencillo y tan inexistente en este mundo a veces.

No seré yo quien haga que se impugne el Cabildo de Elecciones, que quede claro, sin embargo... ¿habrá más personas en mi situación?, ¿lo hará alguien?. Seguro que saldremos de dudas en los próximos días y en caso afirmativo, siempre habrá quien diga que se ha influido para que se impugnen unas elecciones, sin pararse a pensar ni un instante dónde están los verdaderos problemas que asolan a nuestras hermandades, y qué es lo que realmente sobra... ¿qué pasen estas cosas o que alguien lo cuente?.

Raquel Medina








Recordatorio Sendero de Sueños




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