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lunes, 27 de octubre de 2014

El divorcio del Hermano Mayor del Cautivo propicia un ultimátum por parte del Obispado de Málaga


Blas Jesús Muñoz. La polémica se halla instaurada en la relación entre el obispado y las cofradías de Málaga. De ello, hemos venido informando durante los últimos meses en Gente de Paz. Sirvan de ejemplo tanto el Pregón de Juventud como el de Gloria que sufrieron la condena por parte de la autoridad diocesana. O, el visto bueno a que se realice el retablo de la cofradía del Paso y la Esperanza por parte del Colegio de Consultores del Obispado de Málaga, tras el hecho de que el hermano mayor de la corporación, Manuel Harras, presentara su dimisión a cuenta de la "poca atención prestada" por el obispado al proyecto principal de su mandato y que había sido aprobado por los hermanos en cabildo.


La controversia surge ahora a causa del estado civil del hermano mayor del Cautivo, Juan Partal. El mismo está divorciado y desde el obispado se ha manifestado un ultimátum, por medio del cual, o dimite o deberá ser cesado.

Se dan además diversas circunstancias que convierten la cuestión en más delicada, si cabe, puesto que el citado ultimátum viene a producirse a días de la salida extraordinaria del Cautivo, toda vez que, Partal, no solo ostenta el cargo de hermano mayor, sino también el de vicepresidente de la Agrupación de Cofradías.

Entre tanto, su junta de gobierno cierra filas en torno a su regente y aspiran a que, desde palacio, se permita a Partal concluir su mandato que expira en apenas unos meses, tras la Semana Santa. Si bien no parece lo más probable, si tenemos en cuenta la forzada dimisión de Antonio Villalba -por causas similares-, hace unos meses cuando dirigía los designios de la Hermandad de la Estrella.

Fuente Fotográfica: El Palacio Episcopal de Málaga








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