Suspira el querubín al ser testigo de una historia peculiar. Ve como alguien durante los últimos días se encarga de levantar rumores sobre una banda.
Dos palios que resuenan en estilos pretendidamente similares pero opuestos y son alfa y omega. Un detonador con espinas enquistadas en la animadversión, que emula a un maestro que le viene grande en longevidad y recursos.
Mientras, suspira el Ángel por un capataz que se fue del día en que sonaba su martillo y al que quieren recuperar en otra esquina de la misma jornada. En el mismo sitio que otros negaron antes y por el que le han visto acompañado (no sabría el Ángel decir si bien) esta misma tarde de miércoles. ¿Caerá en la tentación?.
Joaquín de Sierra i Fabra
