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jueves, 2 de octubre de 2014

El Suspiro del Ángel: Un capataz ¡Por caridad!


Suspira el querubín porque ya no se suplican limosnas ¡Cómo ha cambiado el mundo! Sobrevoló el domingo los arcos de una plaza para ver a una de las Vírgenes Coronadas que verá la Magna, esperando el Ángel que lleve mejor cortejo ese día que el del desfile decadente de varas y poses aguardando la foto.

Apenas suspiraba el alado cuando oyó una voz que ofrecía a un oído presto el llamador de su cofradía ¿Uno o dos le respondían? Pero ni haciendo el pack del Carrefour, ninguno de los que allí se les propuso dio una respuesta clara.

A la Virgen se le debió quedar la misma cara de estupefacción que al Ángel. Sin embargo, sabe que alguien aceptará el martillo que, sin ser de obra, hará trabajar al sustituto que no diga no a tanta súplica. El querubín sabe de un hombre de negro que no diría NO.


Joaquín de Sierra i Fabra




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