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martes, 14 de octubre de 2014

La Chicotá de Nandel: Vergüenzas, mentiras... y la Paz


Es gracioso. Vuelvo a Sevilla tras muchos meses, demasiados (al menos para mí), y noto el cariño de la gente, de esa familia que tengo aquí que es mi banda, y se nota que en verdad me han echado de menos. Estas muestras uno las agradece, y a veces, da que pensar a qué clase de personas he ido yo llamando amigos por ahí. Algunos no se han enterado aún ni que me operaron de la rodilla. Reír por no llorar.


El tema que me ocupa hoy es el siguiente: Córdoba, mi ciudad, su Semana Santa. Se resume en una pregunta que se puede adjuntar al título. ¿Qué pasa en Córdoba Fernando?

Esa pregunta no me la habían hecho nunca. Me habían preguntado que qué pasaba con el Palio de mi Hermandad de la Paz, por ejemplo, cuando un diario aireó mentiras en complicidad con el que se ha ido impune, después de todo el daño moral y humano que ha causado. Me habían preguntado por contratos de bandas, como la de Arriate, de la que hablan maravillas aquí en Sevilla, por cierto.

Me habían preguntado sobre Magnas, sobre rumores, sobre noticias que leían... Pero nunca, nunca, nunca, me habían preguntado como el otro día: ¿Qué es lo que pasa en tu ciudad?

La pregunta viene a decir: ¿Qué leche es lo que estáis liando allí? ¿Queda alguien con cordura?

Se podría explicar de muchas formas, pero como siempre, uno tiene que limpiar lo que quede del buen nombre que hayan dejado, y como lo hayan dejado. A fin de cuentas, esta es mi tierra, y esta es mi Semana Santa, y estas son mis hermandades. Si yo no intento hablar bien de ellas fuera, no creo que nadie de fuera venga a verlas, o se fije en ellas y las ponga el valor.

Por cierto, que se han quedado (los que conocen el panorama artístico, como Jorge Montero) muy contentos por la restauración de un Cristo que para algunos aquí en Sevilla, es una verdadera joya, quizá el icono de la Semana Santa de Córdoba, el Remedio de las Ánimas Benditas. Desde aquí también aprovecho yo para dar la enhorabuena a la Hermandad y a la restauradora.

No se puede decir lo que en Córdoba anda pasando ya desde hace tiempo. Ni las elecciones que nos han brindado algunas hermandades, ni las actuaciones de ciertos señores, ni que algunos se proclaman con favores de amigos, como representantes máximos de una Hermandad, ni los bailes de martillos, ni por supuesto que se permita que aquí digamos algunos las cosas claras, con el daño que eso les hace a los que andan de tapadillo, y con razones para estar en hermandades más cercanas al ego personal, al yo soy algo en la vida, o con toda razón para formar parte de una cofradía, ajena al culto y lejana a la palabra de Dios.

No se puede decir estas cosas. No se pueden decir muchas cosas, por eso, es mejor salir fuera a mentir. ¡Qué triste!. ¡Qué mala época estamos atravesando!.

Yo que he hablado fuera de marchas, de formaciones musicales (y lo sigo haciendo, pero ahora por eso nadie se interesa, se interesa por lo llamativo, los escándalos que llevamos a cuestas), de mantos, de Palios, de Misterios majestuosos, de proyectos de nuevas hermandades, de barrios, de toros, de la feria, de los patios, las cruces, las mujeres guapas de la tierra, de fútbol, de nuestra sierra, nuestros productos... Y ahora hay que mentir. Solo quieren saber ahora, en el círculo en el que me muevo, de temas de nuestra Semana Santa, y hay que mentir... Creo que eso ya lo dice todo.

Pero bueno, ya solo me queda una cosa que me llena de esperanza y alegría, y es que como ya han destrozado tanto, véanse, noticias de tres meses atrás, o como ya están algunas hermandades o bandas desde hace tiempo, sin que nada cambie, sino a peor, ya han quemado tantas de nuestras costumbres en la hoguera de la sinrazón, ya han destruido tantos sentimientos de personas, que son echadas de sus cargos solo porque su labor era realizada con puro sentimiento hacia Dios, sentido, después de dilapidar a la razón, YA NO QUEDA CASI NADA POR VER ARDER EN LA HOGUERA, DESTRUIR, O DILAPIDAR. Esa es la esperanza.

El tiempo da y quita razones, y cuando pase un tiempo, y en algunos casos no va a tardar mucho en cantar la gallina... Nos vamos a reír bastante, muchísimo. Pero entonces, será tiempo de pedir dimisiones. Será tiempo de que como buenos mandatarios, los que se han pasado por el forro las formas coherentes de hacer las cosas, deberán de dar explicaciones, deberán de aceptar sus ceses, o presentar su adiós voluntario. Para los representantes de la Iglesia todo bien, gracias por preguntar.

Y esperando a que el tiempo pase pronto están algunos, esperando a que pase ya este actual, directamente, están otros.

Yo lo único que quiero, es que pasen ya cuatro días. Cuatro días para ver a mi Madre, para ver a la Paloma de Capuchinos, para ver a la Reina de la Paz, para ver a la Paz y Esperanza cordobesa, para ver a la Niña de Cerrillo, para ver a la que nos crió a algunos, casó a otros, y aguardó para dar cobijo con Ella en el cielo a los que se fueron.

Por Ella, a la vuelta la semana que viene a Sevilla, seguro que también me preguntan. Y es que espero un big bang, de luz blanca y pura desde Córdoba al mundo como no se haya visto nunca, porque cada día que se expone a la luz del día, es más belleza la que irradia, y por Ella, no habrá que mentir, ni que pasar vergüenza, sino orgullo y felicidad de tener la suerte de tenerla en casa, siempre.

¿Ven la diferencia de lo humano, lo triste, lo divino, y lo mágico? Lo que hacen algunas personas es mejor no contarlo, por vergüenza, y es mejor esconderlo. Lo que hace lo divino, lo mágico, lo que transmite mi Madre... No pasa tampoco desapercibido a nadie, no se puede ocultar, no hay que mentir... Porque unas lágrimas o sonrisa frente a Ella, no mienten... Lo malo, que tampoco se puede contar, porque mi Madre... Es cordobesa, lo saben los sevillanos, lo sabe todo el que la ha visto en su placita. Pero también saben que no es de este, nuestro mundo, y ni se puede exagerar con palabras lo que es estar con Ella, porque no hay palabras, o al menos, no de este, no sé de otro mundo.


Fernando Blancas Muñoz












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