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domingo, 2 de noviembre de 2014

De Cerca con Rafael de Rueda: "Hablan de innovar y lo que generalmente producen son diseños mediocres"


Blas Jesús Muñoz. El diseño siempre ha estado presente en nuestras cofradías. Palios, guiones procesionales, carteles... han marcado nuestra comprensión de las hermandades de una manera visual e intuitiva, a través de los siglos.

Hace ya bastante tiempo, cuando la Semana Santa era para un servidor un amanecer reluciente en su expectativa, tuve la oportunidad de conocer a Rafael de Rueda. De su mano, pude acercarme a horizontes desconocidos y ver nacer algunos de los diseños y proyectos que han marcado mi existencia cofradiera.

La entrevista que les proponemos hoy nos acerca al diseñador, al enamorado de la Semana Santa, pero sobre todo a la persona que ve, desde su prisma, una forma de entender este ámbito de la vida con bastante clarividencia. Diseño cofrade, carteles, la realidad actual de Córdoba y Sevilla y los sentimientos del propio artista a la hora de afrontar un encargo, forman parte de algunas de las reflexiones contenidas en las siguientes líneas que no son más que el fruto de una charla entre amigos que llevaban tiempo sin conversar. Disfruten.

Pregunta (P): Para quienes no te conocen ¿Cómo te defines?

Respuesta (R): Un diseñador que intenta hacer su trabajo con la mayor dignidad posible. Y que no trabaja ni para las cofradías ni para los cofrades, dibuja para el Señor y para la Virgen. Intento siempre dar lo mejor de mi mismo, da igual dónde y para quién sea. Intento ser honrado conmigo y con quien me hace un encargo.

Nadie podrá decir nunca que he intentado engañarlo. La dignidad y la honradez es conmigo mismo. Quien te encarga algo da lo mejor de sí para su Cristo, su Virgen su devoción y eso hay que respetarlo. Y estás obligado a hacer lo mejor posible.



(P): Has hecho diseños para Córdoba, Sevilla... Durante este tiempo, cómo valoras la trayectoria del mundo del diseño dentro de las cofradías.

(R): Estamos hablando de un ámbito en el que todo está inventado. Te debes a lo que se pide, pero tenemos un referente en Sevilla que, en los últimos cien años, todo lo que se podía inventar se ha hecho allí y nosotros nos adaptamos porque el pueblo es sabio y lo que la gente ha ido decidiendo que es bueno o es malo se ha ido quedando como los estándares de calidad. Entonces, nos tenemos que adaptar porque es lo que el pueblo está pidiendo.

Se evoluciona hasta que llega Juan Manuel Rodríguez Ojeda que es la última evolución que existe en el mundo del diseño. Hay un antes y un después. No se trata de que ese antes no esté valorado porque hay diseños maravillosos. Pero el concepto de Semana Santa moderno se debe a Juan Manuel Rodríguez Ojeda.


Me hace mucha gracia cuando se habla del modelo superado, a Juan Manuel no se le puede superar. Puedes imitarlo o ir por otros caminos para evitar parecerte a él, pero están basados en conceptos que él impuso.

Luego hay aspectos basados en la mediocridad de quien dice que no quiere parecerse a nadie. Ahí están los egos de artistas de medio pelo. Hablan de innovar y lo que generalmente producen son diseños mediocres. Cuando te centras en la base de las cosas -Joaquín Castilla, Cayetano González, etc.-, te das cuenta de que cuando partes de eso no te equivocas.

En sitios donde se tiene criterio  -como las hermandades de la Macarena y las Cigarreras, de Sevilla, por ejemplo- se recupera lo antiguo. Eso donde lo hay y no está en manos de cuatro personas que insisten en innovar. La última innovación se hizo en el palio de los Negritos. Lo que muchos llaman "innovación" son pequeños desastres, debido a la falta de formación que es la gran enfermedad de las cofradías de hoy.


Estudias artes y, cuando lo extrapolas a las cofradías, sabes lo que es bueno y lo que es malo. Cuando solo estudias el diseño cofrade -por decirlo de alguna manera-, evidentemente, no entiendes de arte. Como no lo haces, encargas a un diseñador y, como no sabes, te pueden vender cualquier cosa. El diseñador mediocre te dirá que es innovador, pero en realidad es que no sabe dibujar. En la época en que Barcelona era -y sigue siendo- la capital del diseño en España, algún publicista famoso decía: "no es el diseñador el que es bueno; es que el cliente está muy bien educado y, por eso, busca la calidad del diseño". Y, como aquí, no tenemos una formación artística y cultural y, cada generación que pasa, va a peor el resultado de lo que se encarga es cualquier cosa y, probablemente, malo.


(P): Hace unos años hubo un boom en el diseño gráfico ¿Ha incidido en las cofradías?

(R): Se ve en los nuevos medios de comunicación. Los criterios del marketing también han entrado en las cofradías y muchas han aprendido criterios básicos como que si no te ven no existes, si no comunicas lo que haces no te conocen. En ese sentido, los principios de la publicidad han venido bien a las cofradías para comunicarse.

(P): A las cofradías de Córdoba, también...

(R): Menos. Pero entramos en lo de antes, la calidad del que encarga. Hay una crisis en las cofradías en cuanto a la calidad de los productos. Pero si hay escasa formación en el que encarga y el criterio es "a ver si me sale bonito y barato"... Lo que no harías en tu empresa, lo haces en tu cofradía. Es ilógico.

(P) Aparte de Juan Manuel, si tuvieras que destacar a alguien.

(R): La diseñadora sevillana Herminia Álvarez Udell -además es anterior a Juan Manuel-. Diseñó el manto de la Virgen de las Lágrimas de la hermandad de la Exaltación, el de la Virgen de la Concepción de la Hermandad del Silencio o el de la Virgen del Patrocinio de la Hermandad del Cachorro, todos ellos de Sevilla, un prodigio. Una diseñadora de unos conocimientos técnicos y compositivos dificilmente superable hoy día. Hoy hubiera tenido mucha más fama, pero trabajó en una época (finales del s. XIX a principios del s. XX) en que, por educación y por el papel secundario de la mujer en esa época el consiguiente protagonismo masculino, no destacó lo suficiente.

Joaquín Castilla, Garduño. Y luego está el precursor de que Juan Manuel cambiara su criterio y pasara del romanticismo a su estilo regionalista: Pedro Domínguez, diseñador del palio de las Cigarreras, que es quien marca un antes y un después a Juan Manuel. Cuando ve los diseños de Domínguez para las Cigarreras, sobre todo el manto, con dibujos basados en la fachada plateresca del Ayuntamiento de Sevilla, abandona el concepto asimétrico propiamente romántico y comienza a diseñar con los conceptos de simetría y de distribución de espacios que ya aparecen en el manto de malla de la Esperanza Macarena y que llevaría a su máxima expresión en el manto de tisú de la misma, obra última y exquisita del gran Juan Manuel. El paso de la Quinta Angustia es suyo, también. Pedro Domínguez es un tapado, por decirlo de alguna manera, pero es un diseñador excepcional. 

(P): Si no hubiese existido aquella época feliz de principios del siglo XX, habría habido que inventarla.

(R): Alguien hubiera llegado a inventar algo parecido. Pasa como con Leonardo y Miguel Ángel, surgen genios así cada cien años. Si no hubiera sido Juan Manuel, quizá, Cayetano González, Joaquín Castilla... Aunque creo que Cayetano hubiera sido el que más hubiera marcado el estilo a seguir porque sus diseños tienen una personalidad muy reconocible, e incluso, innovadora.

(P): Mirando la aparición de Internet, ect. ¿Existe un renacer de las cofradías?

(R): Para nada. Estamos en una época en que las cofradías miran a su propio ombligo y no hay ganas de trabajar porque hacerlo implica esfuerzo y sufrimiento. Intentamos conseguir grandes resultados con el mínimo esfuerzo y presupuesto posible. Y las grandes obras que tanto admiramos no están hechas ni con poco esfuerzo, ni con poco tiempo, ni con poco dinero. Queremos llegar a eso por el camino más cómodo posible.

Estamos en una época en que hay una moda costalera, de bandas... de todo lo que es visual y espectáculo. Abandonamos lo importante. El kofrade con "K" es el protagonista de la Semana Santa de hoy. A nivel de calidad, estamos en una crisis muy profunda. Hay poca devoción y muchas ganas de espectáculo. Es cierto que hay quien se está preocupando por recuperar -en Sevilla-, lo antiguo, lo que se perdió, pero es puntual. Para mí, estamos en una época en que estamos más cerca del Rocío que de la Semana Santa.

(P): Has hablado de moda costalera ¿Crees que tanto el capataz como el mundo de abajo es una parte plástica para que esta fiesta resalte?

(R): Tan importante como las flores de una jarra. Eso es lo que hay que entender. Esto es un conjunto en el que todo tiene el mismo valor. Hay que equilibralo todo: lo artístico, el capataz, la cera que se pone... En el momento en que alguien piensa que lo más importante es tener el mejor palio del mundo y llevarlo de cualquier manera, o al revés, está equivocado. El éxito de la Semana Santa está en el perfecto equilibrio que hay en todos los elementos. Es todo. No sería el Gran Poder si no anda como el Gran Poder o la Macarena si no se mueve como la Macarena.


(P): Si te tuvieras que quedar con un diseño.

(R): Por experiencia vital, con el manto de tisú de la Macarena. Pero compartido con casi todos los que he hecho para Sevilla porque hay un detalle importante. Casi todos los diseños que he hecho -por decirlo de alguna manera- han empezado de una forma profesional, pero, al final, se han convertido en amistades, en grandes recuerdos. El manto de tisú de la Macarena fue muy significativo, pero, por ejemplo, tengo grandes amigos en Cigarreras. Fue un trabajo en el que, durante dos años, sufrimos y disfrutamos. Más que el diseño, lo que recuerdo de todos los trabajos que he hecho en Sevilla son las amistades que he dejado y lo que he aprendido.


Es verdad que con la Macarena he tenido un componente sentimental y familiar muy intenso. Cuando se terminó el manto, por ejemplo, me invitaron a ver a la Esperanza subirla al paso...

Mi suegra murió un 31 de mayo, el mismo día que se celebraba el 49 Aniversario de la Coronación Canónica de la Macarena. Ella tenía tumores cerebrales y, como agradecimiento a un tratamiento innovador que le hicieron y gracias a que vivió trece años más, donó su cuerpo a la ciencia y no la pudieron enterrar. Ella dejó dicho que el día que se muriera diesen una Misa por ella. Y, como murió en Sevilla, fuimos a que le dieran la Misa en la Macarena. Le llevamos un ramo de flores a la Virgen y hablamos con el capiller, pero no se podía celebrar porque ese día iba el Arzobispo a celebrar la Eucaristía por el Aniversario.


Nos quedamos a escuchar la Misa y, sin saberlo, la homilía del Arzobispo fue dedicada a las madres. Te puedes hacer una idea de lo que sintió mi mujer porque, además, aquellas palabras fueron muy especiales y describían la trayectoria vital de una madre con sus hijos. De una manera, que la homilía parecía dedicada a las intenciones de mi suegra, sin que el Arzobispo supiese nada. Siempre tendré ese gran recuerdo de gratitud hacia la Macarena. Son momentos imborrables.

(P): Cuando ves el palio de la Virgen de la Caridad ¿Qué sientes?

(R): Le tengo mucho cariño. Es la típica hermandad que está en manos de un clan familiar. Siento un poco de pena, pero entre comillas, porque siempre le tendré cariño y, si algún día me dijeran, termínalo (el diseño del palio), pues encantado de la vida. Que no puede ser, pues no pasa nada. La Virgen es la Virgen en todas las cofradías.

(P): Esa Virgen es obra de un buen amigo tuyo, Miguel Ángel González, qué supone esa Virgen en Córdoba.

(R): Es la Virgen que tiene más ángel -como dirían los sevillanos-. Es la imagen contemporánea con más pellizco. Es posible que el autor nunca lo consiga de nuevo, como le pasó a Sebastián Santos con la Concepción. Hay imágenes que salen una vez en la vida y tuve la suerte que fuera para la cofradía de mi barrio. Tuve el honor de ver como la modelaba, semana tras semana. La he visto nacer. Fue petición nuestra -de Rafa Vegas y mía.

(P): Has hecho boletines, carteles... ¿Se ha avanzado en ese sentido?

(R): Se ha avanzado poco porque la gente no tiene claro el significado de un cartel. Es un elemento publicitario que supone tu imagen, la de tu hermandad, en la calle. No para el que te conoce, sino precisamente para quien no te conoce. Con un mal cartel el mensaje que mandas es que tu cofradía es de poca calidad.


No cualquier foto es publicable, no cualquier dibujo es publicable. el cartel es algo que hay que cuidar mucho. Hay una moda que establece que el cartel tiene que ser pintado y es un error. La técnica de un cartel debe ser cualquiera que comunique el mensaje que quieres expresar. Hay que ser más profesional y buscar más la calidad. En Córdoba no se avanza en ese sentido porque hay poca cultura publicitaria.


Ahora, estamos en un momento que hay menos producción de carteles porque la gente está saturada. Pero de carteles malos. Sería mejor que se hicieran menos, para que cuando se realizaran fueran buenos.

(P): Una Virgen

(R): La Macarena.

(P): Un Cristo

(R): El Gran Poder.

(P): Un cartel

(R): El cartel de la Semana Santa de Sevilla, pintado por Maireles en 1995.

(P): Un diseño

(R): Cualquiera de Juan Manuel.

(P): Un imaginero

(R): Darío Fernández.

(P): Una marcha

(R): Amarguras.

(P): Un sueño

(R): Que el día que ya no esté mi familia y mis amigos piensen que fui una buena persona.

(P): Un reto

(R): Conseguir ser esa buena persona.

(P): Tu mejor obra






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