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domingo, 2 de noviembre de 2014

El Rocío en el Festival de Cine Iberoamericano


Raquel Medina. Del 14 al 17 de noviembre, se celebrará en la localidad de Huelva el Festival de Cine Iberoamericano, que cumple su 40 edición.

En esta ocasión, la Hermandad Matriz de Almonte y la organización del evento, han tenido a bien, que el segundo día del Festival, se proyecte la película, estrenada el pasado verano, "Rocío, Reina y Madre de Andalucía, una devoción universal", dirigida por D. Carlos Colón, a las 18:00 horas.


Sobre la película, escribía José Gómez Palas en El Correo de Andalucía:

Para captar la verdadera esencia del Rocío el realizador Carlos Valera ha grabado desde los ángulos más infrecuentes. Se han instalado cámaras en lugares tan insospechados como la lanza de una carreta, a bordo de la barcaza de Coria o una pequeña cámara oculta en el altar de la parroquia de Almonte «que permite ver, por ejemplo, cómo la Virgen navega sobre la marea de amor almonteña hasta ser depositada en el altar».

«Las luces han sido muy importantes. Es increíble cómo cambia la Virgen en la noche, rodeada de polvo y del vaho del sudor (como si fuera incienso), en el día o sobre todo cuando está tal vez más bella: en el amanecer, cuando parece toda de marfil como los apóstoles de su manto, como si fuera una Cantiga de Alfonso X esculpida», apunta Carlos Colón.

Pero si hay una secuencia que llama poderosamente la atención en esta película es la sucesión de primeros planos de la imagen grabados a puerta cerrada con un largo brazo articulado aprovechando la víspera de la última salida extraordinaria de la Virgen. «Dos noches enteras en la ermita, hasta el amanecer, a solas con la Virgen (siempre con la presencia de miembros de la ejemplarmente celosa Junta de Gobierno) son una experiencia extraordinaria, que te marca. El brazo articulado permitió que la cámara se acercara a la Virgen. Te puedo asegurar que nunca se la ha visto así. Carlos Valera y yo hemos querido, y creo que logrado, hacer justicia visual a este rostro extraordinario grabándolo con una proximidad siempre respetuosa bajo distintas luces y desde todos los ángulos posibles».

La película está concebida como una serie de círculos históricos y devocionales cuyo centro absoluto es esta Virgen de mirada baja y de «sonrisa apenas apuntada» que Francisco Muñoz y Pabón proclamara en sus famosas sevillanas de la coronación como la Reina y Madre de Andalucía. «Los círculos históricos parten de la entronización de la Virgen en la ermita de las Rocinas en 1262 y abarcan, hasta la multitudinaria devoción actual, los hechos más importantes: la capellanía del indiano sevillano Baltasar Tercero en 1587, el patronazgo de Almonte en 1653, el cambio de advocación, el inicio en 1607 de sus traslados a Almonte, la milagrosa protección de Almonte en 1810 que es el origen del Rocío Chico, la expansión a toda España de la devoción gracias a la fundación del Rocío de Triana en 1813, el salto del número de hermandades (de nueve en el siglo XIX a 24 en las primeras décadas del siglo XX y 114 hoy), la coronación canónica de 1919… Y así hasta la visita de San Juan Pablo II y su famoso ¡que todo el mundo sea rociero!», explica el director. Más importantes que los históricos son los círculos devocionales en esta película: la devoción de Almonte a la Virgen del Rocío. «Fe firme de madres. Fe recia de hombres. Nunca, ni aún en los más duros trances, han dejado los almonteños de encomendarse a Ella. Nunca, ni cuando sus peticiones parecían no ser atendidas, han desconfiado de Ella. Nunca han dejado de agradecerle con oraciones y con exvotos los favores recibidos».

Las presentaciones de las hermandades, la misa pontifical, el Rosario, la procesión… La película se adentra en el fenómeno multitudinario, festivo, desbordante, y aparentemente contradictorio, de la Romería del Rocío, donde se mezclan la fiesta y el culto, el vino y la oración, el cante y el baile. «Hemos tenido mucho interés en mostrar la alegre seriedad y la seria alegría de la Romería, deshaciendo los tópicos superficiales de los tontos que se quedan mirando el dedo en vez de la Luna a la que señala. La emergencia de lo sagrado a través de los ritos y devociones populares es muy importante en la película. Toda la secuencia del traslado de la Virgen de la aldea a Almonte está basada en su sobrecogedor parecido con el traslado del Arca de la Alianza tal y como la Biblia lo cuenta. El texto de esta parte de la película empieza así: Como los israelitas trasladaban el Arca de la Alianza, así lleva Almonte por las arenas el Arca de la Nueva Alianza».

Un sello de las películas de Carlos Colón es su cuidada selección musical. Y esta vez no iba a ser menos. Imperan la flauta y el tamboril, además de otros fondos musicales que van desde las Cantigas de Alfonso X El Sabio a música contemporánea pasando por cánticos judíos. «Es la primera vez que gran parte de la banda sonora ha sido grabada especialmente para la película por el Coro de la Matriz de Almonte, la Escuela de Tamborileros almonteña y varios solistas. Lo más original tal vez sea la interpretación de las Cantigas de Alfonso X con gaita y tamboril rociero».

Contiene la película también algunos guiños al pasado. Imágenes en blanco y negro para las que se han empleado fotos históricas de la Hemeroteca Municipal de Sevilla y de la Hermandad Matriz, grabados –alguno inédito– que posee la Matriz, los maravillosos y emocionantes exvotos pintados o documentales del Rocío de entre los años 30 y 50 o de la histórica visita de Juan Pablo II a la aldea.











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