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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sendero de Sueños: La doble vara de medir


Hablaba el martes, mi compañero Fernando Blancas, de la doble vara de medir de los Obispos del Sur por la nueva normas sobre uso de los Templos y otros asuntos. Sin embargo, en mi humilde opinión, todos tenemos, de vez en cuando, que guardarnos una, pues también poseemos un par de ellas en nuestras manos.

Como saben, o deben intuir, el domingo pasado estuve en El Rocío, en la Eucaristía en la que la Hermandad del Rocío de Córdoba hacía entrega, a la Hermandad Matriz de Almonte, de un magnífico broche para la Santísima Virgen. Este acto, se enmarcó dentro del programa de actos del I Aniversario del Rocío de la Fe, concretamente dentro de la peregrinación "Jóvenes por la fe", donde más de 300 adolescentes de la Diócesis cordobesa, tuvieron la oportunidad de convivir y participar, todos juntos, en la fiesta de la Eucaristía, a los pies del mismo Dios y su Bendita Madre.

Muy educativa fue la homilía de D. Tomás Pajuelo, capellán de camino de la filial rociera cordobesa, y no me gustaría que cayera en el olvido. Durante la misma, habló de la importancia de recibir los sacramentos para vivir plenamente nuestra fe, porque un acto como el que se estaba celebrando o cualquier otro acto que puedan organizar nuestras hermandades, sin tener presentes los sacramentos y el verdadero sentimiento cristiano, no sirve de nada.

¿De qué sirve preparar una salida extraordinaria o una misa solemne si después no vamos al 100% preparados? ¿Le damos más importancia a los externo en nuestras hermandades que a nuestra propia fe? ¿Podemos hablar de una doble vara de medir en nosotros mismos?

El próximo año, en lo que actos externos extraordinarios se refiere, viene cargado. Tenemos desde magna hasta varias salidas extraordinarias de hermandades diversas. Sólo pido que se vaya preparado. Que sirva para ser instrumento de fe, pero una fe verdadera, sustentada en los sacramentos.


Raquel Medina

Alegoría de la Santa Fe (Lucena)










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