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miércoles, 24 de diciembre de 2014

El Papa critica el 'alzheimer espiritual' y el 'exhibicionismo' de algunos religiosos


El Papa Francisco ha aprovechado su tradicional discurso ante los miembros de la Curia romana con motivo de las felicitaciones navideñas para tirar de las orejas a los católicos y los miembros de la Iglesia que padecen "enfermedades y tentaciones" como la acumulación de dinero y poder, el exhibicionismo, la sensación de sentirse superior a los demás o el "alzheimer espiritual", que sufren aquellos que "han perdido la memoria de su encuentro con el Señor".

No es la primera vez que el Pontífice argentino hace un repaso de los peligros "mundanos" a los que se enfrentan los religiosos y que pueden poner en peligro su fe, pero en esta ocasión, Francisco ha hecho un listado completo de las "enfermedades" y "pecados" que sufren muchos miembros de la Iglesia, a los que ha invitado a hacer "examen de conciencia" y "pedir perdón a Dios".

"Una Curia que no hace autocrítica, que no intenta mejorarse, es un cuerpo enfermo", ha dicho el Papa ante los trabajadores y colaboradores de la Santa Sede. Francisco ha criticado la tentación de creerse "inmortales, inmunes e indispensables". "Es la enfermedad de quienes se transforman en padrones y se sienten superiores a todos y no al servicio de todos. Esta deriva a menudo de la patología del poder, del 'complejo de los elegidos', del narcisismo".


'Hipocresía y vacío espiritual'

En su discurso, Francisco ha insistido en criticar la acumulación de bienes materiales por parte de sacerdotes y religiosos, y ha condenado "la enfermedad de la esquizofrenia existencial" de quienes viven "una doble vida, fruto de la hipocresía y el vacío espiritual".

El exhibicionismo de los religiosos es otra de las tentaciones que más preocupan al Pontífice. "Es la enfermedad de las personas que tratan infatigablemente de multiplicar poderes, y por ello, son capaces de calumniar, difamar y desacreditar a los demás. Naturalmente para exhibirse y demostrar que son más capaces que los demás".

En este sentido, el Papa ha hablado además de la enfermedad de los "chismes", que se "adueña de la persona haciendo que se vuelva sembradora de cizaña, y en muchos casos, homicida a sangre fría de los propios colegas y hermanos. ¡Cuidémonos del terrorismo de los chismes!", ha exclamado el Pontífice argentino. Francisco ha recordado la anécdota de un sacerdote que llamaba a los periodistas para inventar cosas de la vida privada de sus propios compañeros. "Para él lo que contaba era sentirse importante... Pobrecito".

El Papa ha terminado su discurso recordando que los sacerdotes son como los aviones. "Sólo son noticia cuando caen". Por eso, el Pontífice ha insistido en la importancia del servicio pastoral y en todo el mal que podría causar "un solo sacerdote que cae a todo el cuerpo de la Iglesia".









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