Blas Jesús Muñoz. En el aire quedan mil preguntas en torno a la moción que ha presentado el PP para garantizar la presencia física de los concejales en las tradiciones y fiestas civiles y religiosas. Dicha iniciativa ha sido resuelta con los votos favorables del citado partido, así como los de la Unión Cordobesa de Rafael Gómez. Mientras que IU y PSOE votaban en contra de la misma.
Demasiadas preguntas sin respuesta:
¿Estaba Francisco Alcalde -reciente pregonero del Socorro, Ex-Presidente de la Agrupación de Cofradías y concejal socialista- en dicha votación? ¿Por qué ningún medio cofrade, o derivado, se hace eco del aparente cambio de rumbo del que fuera durante 8 años máximo responsable de las cofradías cordobesas? ¿Si en lugar de apellidarse Alcalde Moya fuera Villalba Cabello se usaría la misma medida? ¿Por qué, desde Isaac Peral se usa la fórmula "no sabe/no contesta" en este asunto? ¿Porqué los opinadores de ciertos miran para otro lado, mientras da la sensación de que defienden mezquitas -casi Corán en mano- e incitan a cuestionar gestiones cofrades como si el enemigo estuviese en casa? ¿Por qué, desde determinados sectores de la izquierda y asociaciones ciudadanas la principal preocupación son ahora las cofradías? ¿Por qué no gastan sus energías en realizar propuestas de futuro para dotar de una mínima esperanza a esta ciudad maldita? ¿Por qué, desde el partido en el poder municipal, se preocupan tanto ahora de las cofradías cuando nunca estuvo en su agenda, sino como un asunto de relevancia menor?
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Parezco José Mourinho, pero no. La razón es sencilla, en mi opinión. Empezando por los últimos. Al PP le preocupa la campaña que se les avecina. No descarten que en junio veamos un pacto con UCOR y, entonces, los cofrades y los que no lo son se van a reír bastante. Las cofradías no son sino una excusa para abonar un terreno que creen propio y que más de un "garrulo" cree que ser cofrade y popular es una misma patria.
Lo de las izquierdas es más sangrante, toda vez que en la gestión de IU, especialmente con Rosa Aguilar al frente, pasearon la bandera municipal por más de una y de dos cofradías. Hecho que no parece desaconsejable en un alcalde, porque un alcalde se debe y pertenece a todos los ciudadanos. Lo que es sangrante es que se acojan a una asociación, cuyo mayor problema es la Iglesia y las cofradías por aproximación. Que se cuestione la representación en actos cofrades, señores de Córdoba Laica, es el menor de los problemas para cualquier cordobés. De hecho, los problemas que preocupan suelen ser el desempleo, la corrupción, el funcionamiento del sistema. Como tampoco preocupaba en su día la subvención del perol anual de las peñas a cuya asociación no le escuché queja. Ta vez fuera porque esto último importa tanto a la gente como lo primero. O sea, nada.
Y respecto al tema del edil socialista nadie habla porque no interesa. Sin embargo, no en el sentido anteriormente expuesto, sino en un orden de preferencia mucho más canalla. La Agrupación calla sistemáticamente ante las mociones que, en el Ayuntamiento, apoya el partido socialista. No porque sea su obligación, así se evita entrar el en juego de utilizar terminología laica o como algún edil de izquierdas dijo "nacional-católica". Sino porque resulta que todo un Ex-Presidente de la Agrupación de Cofradías es concejal con el grupo socialista que vota en favor de leyes que la Iglesia dicta como contrarias a la moral. Sin embargo, no pasa nada y con el silencio se está más cómodo.
Si éste es el debate más importante de Córdoba y los actores son éstos, mejor emigrar porque la cosa pinta realmente pavorosa.
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