Guillermo Rodríguez. Hacía mucho tiempo que una reunión del pleno de las hermandades cordobesas no gozaba de semejante expectación. La multitud de asuntos trascendentes a tratar mantuvo la atención a lo largo de la noche puesta en la plaza de las Doblas, con el último (o penúltimo) episodio del lamentable espectáculo ofrecido con la excusa de las cuentas no aprobadas del último ejercicio económico del mandato del predecesor de Francisco Gómez Sanmiguel al frente de la Agrupación de Cofradías por encima de todos, con permiso de la elección del Cofrade Ejemplar que recayó en Luís Miguel Carrión “Curro” y de la Imagen que presidirá el Vía Crucis de la Agrupación de la próxima Cuaresma, el Señor de Pasión, la hermandad del Presidente, designación basada en el LXXV aniversario de la bendición de la talla y que sienta precedente con vistas a solicitarlo para todas las que alcancen esa edad a partir de ahora y dudas acerca de cómo obrar cuando más de una Imagen alcance una cifra redonda el mismo curso. El Santísimo Cristo de la Providencia tendrá que esperar.
El “caso Villalba”, el asunto estrella, finalmente se cerró en falso, como muchos vaticinamos. Fuegos de artificio o disparos de fogueo y poco más, esta es la conclusión de un proceso que a algunos ha resultado triste, a muchos cansino y a casi todos insuficiente. Múltiples son las preguntas que van a quedar sin respuesta. Para empezar, por qué solamente se deciden investigar las cuentas del último ejercicio del mandato del anterior presidente. Porque el hecho de que las anteriores sí fueran aprobadas, no implica de ningún modo que no pudiesen haber sido sometidas a auditoría. Es más, hubiese sido deseable, complementario y clarificador. Se hubiese evitado de este modo dar la incómoda sensación de que interesaba menos conocer la verdad que encontrar una excusa para censurar como fuese la figura de un rival pasado, presente o futuro.
La cuestión es que con el dinero de las hermandades se ha incurrido en un gasto de miles de euros, en forma de auditoría, que no ha servido para nada, salvo para hacer una insignificante reprobación de un dirigente y parte de las personas que le acompañaron en su singladura, que no conllevan mayor trascendencia que la mera regañina pública y la siembra de la duda irreparable sobre el honor de personas inocentes, mientras no se demuestre lo contrario (la presunción de inocencia, ya saben) a las que, dicho sea de paso, con este cierre se impide alegar defensa alguna, a menos que se opte por la vía judicial, alternativa poco probable en todo caso. Alguien debería explicar públicamente esta y otras cuestiones relacionadas y aclarar si realmente el daño causado a la iglesia, al organismo y todas las hermandades cordobesas es mayor ocultando la verdad o investigando hasta las últimas consecuencias, tal y como hemos abogado reiteradamente desde Gente de Paz, y si existen motivos reales para que alguien pague, que así sea. Ha sido mucho tiempo, demasiado, removiendo suciedad para terminar mirando hacia otro lado, vergonzante. Es cierto que anoche alguien intentó sustituir la palabra reprobación por inhabilitación pero de profundizar para alcanzar la transparencia tantas veces cacareada, nada de nada. No obstante, como era de esperar, no se permitió contravenir la solicitud transmitida por la autoridad eclesiástica, personificada ayer en la figura del Delegado Soldado. De modo que de momento y salvo sorpresas venideras, termina este bochornoso asunto con mucha más oscuridad que aclaraciones ofrecidas. “Tanto nadar para acabar muriendo en la orilla” dice un refrán; “para este camino no hacían falta tantas alforjas” dice otro. Sabiduría popular raramente aplicable a nuestros políticos-dirigentes cofrades.
En relación a la propuesta para modificar la estructura actual de la procesión del Corpus, el avance fue prácticamente inexistente, quedando la cuestión reducida a la creación de una comisión de estudio configurada por hermanos mayores y lo que algunos han denominado “cofrades de reconocido prestigio”, expresión que a algunos provoca sonrojo y casi más dudas que las vertidas sobre las famosas cuentas reprobadas, que analizará las posibilidades existentes. Y que posiblemente termine de forma similar. Conocida la postura del Obispado al respecto, y con el riesgo derivado de hacer cualquier tipo de conjetura, con los actores que tenemos, es muy probable que el parecido de la propuesta emanada del seno de la Hermandad del Rocío de Córdoba y el resultado final sea mera coincidencia.
La intensa asamblea se completó con otras cuestiones, como las propuestas de obra social sobre las que se tomará una decisión en reuniones sucesivas, un nuevo paso para la Virgen de la Fuensanta, lo que podría interpretarse como la existencia de una vocación de permanencia de la procesión de la Patrona de las Hermandades o la puesta en marcha de una nueva web. Un pleno muy interesante como lo fueron las reflexiones vertidas al término del mismo por algunos de los intervinientes.
Recordatorio Enfoque: ¿A qué juegan las cofradías?