Blas Jesús Muñoz. No hay nada mejor que un año con varias fechas en el calendario electoral para que, en actos varios de cofradías, se vean desfilar a políticos cuales nazarenos de paisano.
Y es que donde haya un voto, sonrisa en boca y dientes de nácar, allí está el político de turno repartiendo abrazos como voluntarios por las calles de Londres, pero sin el sesgo altruista porque aquí lo que se busca es que la papeleta que vaya a la urna sea la tuya.
Como la canción de Iván Ferreiro, se tratará de promesas que no valen nada. Pues cualquiera sabe que de lo que se promete a lo que se hace media un abismo más grande que los que habitaban la Tierra Media. Y que más de uno pensará que poco importa, si tenemos presente que la memoria del cofrade es frágil como el cristal.
Así el cofrade de junta y acto se hallará en 2015 con más de un abrazador profesional. Y disfrutará porque, como un cometa que pasa por la Tierra cíclicamente, elecciones no hay todos los días y hay que aprovechar cada año electoral como oro en paño.
Recordatorio Enfoque: Los costaleros se las dan de artistas