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domingo, 11 de enero de 2015

Enfoque: Córdoba merece mucho más


Guillermo Rodríguez. Se avecinaba el 14 de Septiembre de 2013 cuando el Córdoba Club de Fútbol se dirigió a la Liga de Fútbol Profesional solicitando un cambio de fecha para el partido que debían jugar ese fin de semana por coincidencia con el evento. Algo insólito en la ciudad de los califas desde luego el hecho de que cualquier cosa se deba adaptar al Universo Cofrade. Imagino que la noticia causaría estupefacción a los alegres chicos de Córdoba Laika y a los grupúsculos que vegetan a su alrededor, incluidos profesores universitarios con educación cero y respeto democrático inexistente que frecuentan tabernas frente al Palacio de Viana y que insultaron a voz en grito el paso de la Virgen de la Paz en su salida extraordinaria con motivo de su setenta aniversario, amparados cobardemente primero en que la masa no suele meterse en jaleos y segundo en la suerte de que algunos no le escuchamos para cerrarle la boca, de manera políticamente correcta, claro. O a los que lanzaron huevos también al paso de la Paz en su salida del pasado mes de Octubre por la calle “del Munda…”.

En aquél momento fue noticia la solicitud pero casi fue más noticia la reacción de la LFP al denegar la petición, alegando algo así como que una ciudad que pretende tener un equipo en Primera y por tanto ser de primera, tiene que tener la capacidad de organizar simultáneamente más de un evento y que en caso contrario, renunciase a su plaza en el fútbol profesional y se dedicase a jugar en categorías regionales. Resulta curioso que los mismos cordobitas que se indignan cada vez que escuchan en una frase cualquiera y en cualquier contexto la palabra Sevilla, se indignaran en aquella ocasión en lugar de pegar un zapatazo orgulloso en el suelo, dar la razón a los dirigentes del máximo organismo futbolero y haber hecho suya la argumentación al grito de “a por ellos que son pocos y cobardes” o “podemos con lo que nos echen”. La doble vara de medir, ya saben.

Lo que pasa es cuando se quiere ser una ciudad de primera y compararse con los que evidencian serlo con cada cosa que organizan, hay que demostrarlo, siempre. Y no rasgarse las vestiduras con los que ponen de manifiesto tus carencias y errores, sino escuchar, aprender y mejorar. La cabalgata de este año es un ejemplo de esto que les hablo. Y no únicamente por su configuración o estética, de la que ya les habló Blas J. Muñoz en este mismo medio, sino también por todo lo que rodea al evento.

En la presentación del acontecimiento, se le llenó la boca a D. Francisco Castillero, Presidente de la Federación de Peñas Cordobesas, prácticamente desde que los dinosaurios habitaban la tierra, con el anuncio de que habían creado una aplicación para seguir el posicionamiento del cortejo on line. Quiero creer que la aplicación en cuestión tendría coste cero, porque en caso contrario sería una vergüenza que se hubiese gastado un solo euro de dinero público (NUESTRO dinero) en una app que los que la hemos buscado no hemos tenido narices de encontrar.

Y a fe que le hemos buscado. Verán, uno de los servicios que intentamos ofrecer en GdP es poner al alcance de la mano de todos nuestros lectores aquello que necesiten para disfrutar de los eventos que entendemos están relacionados con nuestra temática, desde los itinerarios de Semana Santa a los estrenos que sean dignos de mención. Esto incluye las aplicaciones que puedan resultar de utilidad. Como quiera que tenemos una considerable audiencia en nuestra provincia hermana de más abajo del Guadalquivir, en relación a la cabalgata hemos ofrecido los itinerarios de la Cabalgata Oficial de Sevilla y de Córdoba, con bastante éxito de audiencia en ambos casos. Del mismo modo nuestra intención era ofrecer las app creadas al efecto para ambos acontecimientos. Con la sevillana no tuvimos ningún problema. Cuestión de segundos encontrarla. Aplicando la lógica más elemental accedimos a la web del Ateneo de Sevilla, ente organizador, y ahí estaba, en un lugar preferente y al alcance de todos los interesados. Intentamos hacer lo propio con la cacareada para Córdoba, y ahí comenzó la odisea. A lo mejor fue torpeza por nuestra parte por no saber dónde buscar, pero ni en la web de la Federación de Peñas, que es quien organiza nuestra cabalgata, ni en la del Ayuntamiento, ni en Play Store ni en ninguna web de aplicaciones similar, ni en la de ninguno de los periódicos tradicionales encontramos aplicación alguna. Imagino que hacerse se hizo, pero oiga si no la pone al alcance del público, hacer por hacer… Por cierto, si quieren encontrar la web de la Federación de Peñas y lo hacen a través del buscador más empleado del mundo, Google, tengan la precaución de entrar en el segundo enlace disponible y no en el primero, porque el primero es un restaurante, que ya en sí mismo tiene narices la cosa. Mención aparte merece el contenido de la mencionada web. El Ateneo de Sevilla es una Asociación Cultural, con mayúsculas, que organiza a lo largo del año eventos de gran relevancia, conciertos, exposiciones, presentaciones de libros, conferencias y un largo etcétera de actos culturales, también con mayúsculas. Sin embargo tiene absolutamente claro que el evento de los que organizan con mayor trascendencia para la ciudad a la que pertenecen es, de largo, la cabalgata de Reyes y esto se observa con una claridad meridiana al entrar en su web y comprobar la cantidad de información relacionada de las últimas semanas y el lugar preferencial que ocupa. Accedan por curiosidad a la de Federación de Peñas Cordobesas. Desalentador. Más allá de la manida copla y de algún campeonato de algo, esta entidad, debería tener claro que también la cabalgata es lo más importante que organizan a lo largo del año.

El mismo día de la cabalgata, no había en la citada web ni una sola noticia relacionada, ni una puñetera mención, ni el itinerario, ni siquiera copiar y pegar las informaciones de otros medios, por Dios Santo… y por supuesto de la app nada de nada. Imagino que alguien la tendrá en su android, si es así, por gusto, que nos la haga llegar, al menos para verla y comprobar que no fue un sueño cuando escuchamos anunciarla y para felicitarle, porque si ha sido capaz de encontrarla, es un genio.

Comparar la programación de eventos anuales de ambas entidades y al mismo tiempo el lugar preferente que ocupa la cabalgata para cada una de ellas es sencillamente lamentable para cualquier cordobés orgulloso de serlo, como es mi caso. Una falta de respeto por parte de la Federación de Peñas para con ellos mismos, pero sobre todo para con el pueblo de Córdoba. Hubiese sido tan fácil como enviar la famosa aplicación o el enlace desde donde descargarla a las webs con más audiencia de Córdoba para ponerla a disposición de los ciudadanos, pero imagino que algunos estaban más ocupados en salir en fotos e ir desfilando al inicio del cortejo (les faltaba la vara) que en preocuparse por aprender que hace ya dieciséis años que estamos en el siglo XXI. Y tres cuartos de lo mismo con la web del Ayuntamiento. Ni rastro de la aplicación anunciada en una rueda de prensa con Amelia Caracuel al frente y para un evento del que también son responsables y organizadores.

Y como saquemos el asunto de la televisión, entonces ya es para echarse a llorar. Cójanse los vídeos si no lo vieron en directo, de la retransmisión del Correo TV de la cabalgata sevillana y lloren, lloren amargamente. Si de verdad se sienten cordobeses, la vergüenza les inundará las entrañas. ¿Realmente nos merecemos lo que tenemos, televisivamente hablando? ¿Tan malos hemos sido los cordobeses en nuestras vidas anteriores para reencarnarnos en una ciudad con semejante cobertura? No hablo solamente de la capacidad de transmisión de los “locutores” o de la preparación documental para afrontar cualquier evento, por cierto, a quienes corresponda en PTV, por favor no vuelvan a repetir lo del grupo de excombatientes que funda la Paz al paso del cortejo por las Tendillas, si es preciso nos ofrecemos a hacerles un guión que no cuente exactamente lo mismo de todas las cofradías todos los años. Porque la retransmisión alcanza el grado de coñazo insufrible con una facilidad que asusta. Y si no me creen, pregunten a cualquier cofrade cordobés cuántas veces ha dicho en voz alta “que se callen, que no hablen en toda la retransmisión, que dejen el sonido ambiente y fuera”. Ah, y otra cosa, hablen, si no hay más remedio, cuando están pasando los nazarenos, pero cuando lleguen los pasos, silencio por Dios, SILENCIO. Cuando los pasos están en pantalla lo que cualquier cofrade quiere escuchar es el sonido de lo que está viendo. Si al menos contasen algo de interés podría soportarse, pero no es el caso.

Y luego busquen la retransmisión on line de cualquier evento televisivo en esta bendita ciudad. Salvo el Canal Diócesis que suele (no siempre) anunciar los eventos que va a retransmitir, del resto nada, ni siquiera funciona correctamente la emisión en directo, cuando no compruebas alucinado que al abrir la web un mensaje emergente te advierte que la página está intentando abrir un reproductor en tu equipo, con lo que el espectador medio piensa que “aquello es un virus” y cierra inmediatamente. En fin, triste, lamentable, una vergüenza. De modo que si usted está en Córdoba, enfermo, impedido o sencillamente mayor, tendrá usted que ver la Cabalgata de Sevilla o Andalucía Directo, siempre que no les metan publicidad al paso de los Reyes Magos, pero olvídese de ver la de su propia ciudad a menos que tenga una paciencia infinita y quiera sufrir un acceso de úlcera.

La ciudad no se merece ser tratada de este modo, pero tampoco se merece que el pueblo calle cuando se le maltrata. Hay que protestar cuando nos tratan como a imbéciles. En caso contrario seremos los propios cordobeses los corresponsables de seguir teniendo una ciudad de segunda o tercera por los siglos de los siglos, en lugar de enfadarnos con los que escriben que la cabalgata no les ha gustado porque piensan que Córdoba merece mucho más.











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