Blas Jesús Muñoz. Desde el anuncio a su candidatura a hermano mayor de la Esperanza de Triana, Francisco Rivera Ordóñez se halla aun más en boga en todos los medios. Su entrega hacia la corporación de la calle Pureza la manifiesta en cada oportunidad que tiene a su alcance. Y, una de las últimas oportunidades que se le han brindado, ha sido una entrevista para El Correo de Andalucía, realizada por José Gómez Palas.
En la misma, Rivera Ordóñez se sincera con respecto a las motivaciones que le han impulsado a dar este paso, asegurando encontrarse "en un momento tanto profesional como personal para dedicarle a mi hermandad tanto como me ha dado ella a mí, porque sé que es algo que me va llenar de satisfacción interna, de mi alma y de mi espíritu". Toda vez que, a la hora de tomar esta decisión explica que ha sido muy meditada. "Estaba en mi casa, me llamaron un grupo de hermanos y me plantearon la posibilidad de elaborar una candidatura. Me dijeron que creían que yo era la persona adecuada para ocupar el cargo de hermano mayor. Me toca porque mi perfil va más ligado a eso. Porque a mí me meten a mayordomía y el lío que puedo montar es menudo. Evidentemente todos tenemos unos perfiles, unas casillas donde encajamos y otras no. Yo me veo de hermano mayor, no me quieras ver de otra cosa".
Con respecto a la situación actual de la hermandad Rivera afirma "que la Esperanza de Triana tiene capacidad y cuenta con todos los alicientes para ser un referente en Sevilla. Un referente además en asuntos como caridad, donde también nos pensamos volcar, y en experiencia, en enseñar a ser cristiano". Resaltando de su proyecto que contará con "gente preparada profesionalmente, gente que ronda mi edad –voy a cumplir 41 ahora–, pero sobre todo gente con mucha ilusión y que quiere mucho a su hermandad, con ganas y muy conscientes de lo que es dar este paso y de lo que hay que dedicarle".
Finalmente, entre las reflexiones de Francisco Rivera, también aborda el asunto de su popularidad en determinado tipo de prensa, señalando abiertamente que " esa crucecita que llevo yo es mía. A la hermandad no le va a afectar. A lo mejor sí me afecta a mí, porque el ser tan popular crea prejuicios y hay gente que puede pensar mal. A mí me pueden acusar de muchas cosas, menos de buscar fama a través de una vara dorada de la Esperanza de Triana. Pero sí es verdad que hay gente que no me conoce. A mí me conocen mis amigos. Si yo pensara por un momento que algo de mi vida personal o privada pudiera afectar negativamente a la Esperanza de Triana le aseguro que no estaría aquí".