Redacción. Al terminar el día en el que la Iglesia destina a honrar a Santa María, Madre de Dios y a Emmanuel, nombre del Mesías, y a las puertas del día del Dulce Nombre de Jesús, hemos querido que la protagonista del primer reportaje gráfico del año que comienza sea María Santísima del Dulce Nombre, la dolorosa que Dubé de Luque tallara para la Archicofradía de la Vera Cruz, realizado por nuestro colaborador José Manuel Sánchez, por la simbología que su nombre encierra.
La Hermandad se fundó entorno a una Imagen de la Virgen de los Dolores que existía en el Convento del Buen Pastor. Allá por el año 1983, cuando la Hermandad fue adoptando forma, se planteó la opción de mantenerla como Titular. Se pensó que esa Imagen al fin y al cabo nunca sería propiedad de la Hermandad y se debatió la conveniencia de realizar otra lo antes posible, pues mientras más tiempo se le diera culto a la antigua Imagen más difícil sería para todos cambiarla como Titular de la Archicofradía.
Se decidió encargar la Imagen al imaginero sevillano Antonio Dubé de Luque. En el contrato firmado en octubre de 1983, se impusieron dos únicas condiciones: una, que tuviese los ojos azules, y otra, que representase a una joven de quince o dieciséis años, con una dulcísima y serena expresión de dolor. Está tallada en madera de cedro y es de candelero. Se bendijo el 1 de abril de 1984 en el Convento del Buen Pastor. Celebró y bendijo Fray Ricardo de Córdoba. Los padrinos fueron la Congregación de Madres Filipenses y la Parroquia de San Juan y Todos los Santos (Trinidad).