Blas Jesús Muñoz. Durante los últimos años especialmente, el conocido como "mundo de abajo" se halla cada vez más sometido al foco de la atención pública, así como a la crítica tanto en sentido positivo como negativo. A nadie escapa que, en el momento actual, se vive una efervescencia en torno a la figura del costalero que se proyecta en el gran auge cuantitativo de quienes se dedican a las labores de carga.
Así pues, se antoja inevitable que, cada año, cada Semana Santa existan cuadrillas y capataces que, por uno u otro motivo, se erijan en el centro de atención de aficionados y cofrades relacionados con este ámbito.
Cuadrillas que suponen un reto hay varias y los motivos, por regla general, obedecen al cambio de titular del martillo en liza.
Así, la cuadrilla del Cristo de las Penas de Santiago que, esta Semana Santa, no contará con la dirección de Javier Romero, quien en fechas recientes presentara su dimisión como capataz de la misma, tras un fructífero periplo al frente de ella. El reto queda ahora en manos de Rafael Manuel Cervantes.
Reto que también estará en manos del nuevo capataz de las Angustias, David Arce. Éste viene a sustituir a José Luis Ochoa al frente de la cuadrilla de San Agustín. Si bien parece que asistiremos a una curiosa convivencia en dicha cuadrilla ya que el anterior y referido capataz habría solicitado sitio en calidad de costalero y habría sido admitido. Hecho, cuanto menos, llamativo y que invita a un análisis en profundidad.
Otro de los retos a que se enfrentará alguno de nuestros capataces es el de la cuadrilla del Señor el Calvario, dirigida por Rafael Zaldiernas. Tras las informaciones apuntadas tras la primera toma de contacto e igualá que daban cuenta de la escasa asistencia de costaleros, en los ensayos el número de los mismos ha ido en aumento, si bien aun resta cierto camino por recorrer de cara a la preparación de la estación de penitencia del Miércoles Santo.