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viernes, 27 de marzo de 2015

El Suspiro del Ángel: Pregones sorpresa, mesas rezagadas y lo que encarte


Suspira el querubín por las sorpresas que se quedaron entre bambalinas. Bajo sus alas estaba el secreto de cantaores y guitarristas que no capotearon con el pregonero y de una hermandad a la que hubo que cambiar de la Madrugá porque alguien no había advertido que no estaban actualizados los libros de antaño.

Suspiros alados que huelen como la madera de una carpintería antigua donde el maestro artesano se ha tomado su tiempo con las herramientas y las virutas. Las alas del querubín se agitaban inquietas porque la Semana Santa es inminente y el encargo no llegaba, tic-tac, tic-tas, tic-tac... bien entrada la madrugada la incertidumbre se convirtió en suspiro de alivio... y trasnoche.

Suspira el Ángel porque la gente no está como estaba y no compran ni donde sentarse. Llamaron al cielo y marcaron la extensión del querubín. El pobre Ángel se excusó porque no lleva bolsillos y no tiene parné. El año pasado el Ángel se sentó y pagó y como este año no podía le ofrecieron lo que encarte, a mitad de precio y en primera fila. Como está la vida, suspira el Ángel.


Joaquín de Sierra i Fabra











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