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viernes, 10 de abril de 2015

Enfoque: El nazareno que miraba el móvil


Blas Jesús Muñoz. De nuevo unas fotografías. Mírenlas y disfruten del momento en que las cofradías perdieron la poca cordura que les quedaba. Pedimos respeto, que las injerencias de aficionados a políticos no nos afecten, que el político "profesional" nos respete, que no se haga mofa y chanza con la excusa del humor...

Pedimos, pedimos, seguimos pidiendo y volvemos a pedir. Y, de repente, te encuentras de un bofetón con la realidad de las cosas. Una realidad que muestra todo su nihilismo que, fuera del ropaje filosófico, se traduce por la falta de cualquier conocimiento sobre lo que significa ser nazareno, hacer estación de penitencia y, por ende, lo que son las cofradías.

Cojo mi vara o lo toque y miro mi móvil, no sea que me estén llamando o haya recibido un mensaje urgente de mi mujer o mi marido, no sea que la procesión vaya con retraso. O el resultado de un partido en la APP del Marca, o el Twitter o el estado de fulanito en Facebook. O algo relacionado con la cofradía y para la que hay mil maneras de informarse de manera más adecuada.

No sé si las fotografías llevarán retoque, pero, visto lo visto, no lo parece y son perfectamente creíbles. En estos tiempos en que el absurdo nos ha sobrevenido como la peste, si me plantan un OVNI en mitad de cualquier cortejo me lo creo. 










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