Guillermo Rodríguez/Marcos Fernán Caballero. Con la fugacidad de la esencia de lo vivido se volatilizan de las manos tantos meses de espera, que fluyen repentinamente en un suspiro, casi sin darnos tiempo a paladear tantos instantes, que paulatinamente pasarán a formar parte del álbum, del altar de nuestros recuerdos imperecederos.
Previamente al ocaso de la semana más hermosa, Jesucristo crucificado entre los ocho faroles de nuestro lamento derramará su Clemencia a las puertas de San Miguel mientras María sufre a causa de los siete puñales clavados en su corazón eternamente dolorido. El mundo entero se detendrá en Santiago para consolar en la calle del Sol el penar infinito de la Soledad de una Madre a la que han arrebatado aquello qué más quería.
En San Pablo retumbará el llanto del universo y un Rosario de oraciones, porque Dios se convierte en Cordero de sacrificio, inmolándose para redimir al ser humano que sigue sin merecerle. El Puente Romano se teñirá de túnicas blancas que enjugan la tragedia del Hijo del hombre muerto y descendido de la cruz por la traición de un amigo, el odio miserable y el pecado cobarde con el Buen Fín de su resurrección en el horizonte de nuestros sueños. Y en la Compañía, el Desconsuelo, la muerte... y la victoria que se vislumbra en la oscuridad...
La Soledad.- Parroquia de Santiago Apóstol
Conde y Luque - Deanes
Puerta de Santa Catalina – Magistral González Francés
Agustín Moreno (entrada)
La Expiración – Real Iglesia de San Pablo
Conde y Luque – Deanes
Santa Iglesia Catedral
San Fernando - Entrada
Descendimiento.- Parroquia de San José y Espíritu Santo
San Fernando
Conde y Luque – Deanes
Puente Romano
Los Dolores.- Iglesia Hospital de San Jacinto
San Zoilo
Puerta del Perdón
San Fernando
El Sepulcro. Parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos
Conde y Luque - Deanes
San Fernando
Plaza de la Compañía
Recordatorio La Espada de Damocles: La Semana Santa sin cofradías