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sábado, 2 de mayo de 2015

Córdoba Romana y Cristiana: La Cruz de San Francisco


Joaquín Alberto Nieva. En el marco del Claustro del antiguo Convento de San Pedro Real, con la espadaña franciscana de fondo, y emergiendo de la fuente del patio del convento, este año la Cruz de Mayo de la Parroquia de San Francisco quiere ser un homenaje a las raíces romanas de nuestra ciudad y de nuestra cultura, haciendo presente uno de los periodos más gloriosos e importantes de la historia de Córdoba.

La Cruz de mayo se representa en el emblemático Templo Romano de la Calle Claudio Marcelo. La cruz se sitúa sobre un gran capitel corintio y está rodeada por cuatro columnas con sus correspondientes capiteles corintios, y flanqueada al fondo por unos mosaicos de tipo romano. Se usan, por tanto, elementos de la arquitectura y del arte romano, tan presentes en nuestra ciudad para representar el misterio de la Cruz gloriosa que celebramos en el tiempo de Pascua. 

La composición está llena de simbolismo y representatividad. La Cruz de claveles rojos representa el amor y la vida gloriosa del resucitado. Está rodeada de columnas llenas de vida, cubiertas de helechos y claveles blancos. Los mosaicos están hechos de teselas de flores. Los olivos enmarcan el fondo de la cruz, juntamente con los cientos de macetas que llenan de la alegría de la vida con su variado colorido.

Los elementos de la arquitectura y del arte romano han servido para realizar una composición que pone en valor el riquísimo patrimonio histórico y artístico de la Córdoba Romana. Las columnas con los capiteles de orden corintio del Templo Romano son un símbolo de nuestra ciudad. En la cruz, además de las cuatro columnas con sus capiteles, se ha colocado un enorme capitel corintio a los pies de la cruz, reproducción en piedra artificial de un original. Se han colocado cuatro mosaicos, recordando los importantes mosaicos romanos que existen en nuestra ciudad, especialmente los que pueden verse en la Basílica de San Vicente situada en el espacio actual de la Catedral. En este caso, se ha usado la técnica de los mosaicos, pero realizándolos con florecillas que representan la fe en Cristo: 




EL PEZ: SÍMBOLO DE LA FE EN JESUCRISTO: Como en el Imperio Romano, los primeros cristianos fueron una minoría  perseguida, y estaba prohibido profesar la fe en público, la figura del pez sirvió como símbolo semisecreto para identificarse entre sí como seguidores de Cristo debido a que la palabra “pez”, en griego era un acróstico de la frase "Iesous Christos Theou Yios Soter" Ichthus: I = Iesous (Jesús); Ch = Christos (Cristo); Th = Theou (Dios); U=Uios (Hijo); S=Soter (Salvador) = "Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador.


PALOMAS BEBIENDO EN LA FUENTE: la paloma es el símbolo del alma humana y cristiana que sacia su sed de felicidad infinita en Cristo, que ofrece el agua viva que salta para la vida eterna.



EL PAVO REAL, SÍMBOLO CRISTIANO DE LA VIDA ETERNA: Esta ave representa en el arte paleocristiano  -o arte cristiano antiguo- la vida eterna y la inmortalidad del alma, y la nueva vida que obtenemos en el bautismo, porque se pensaba que la carne de esta ave no se corrompía



EL CRISMÓN. El crismón es el monograma (símbolo formado por letras o números entrelazados que se usa como abreviatura) de Cristo, formado por las dos primeras letras en mayúsculas de su nombre en griego: (XP)ISTOS. Incluye las letras griegas Alfa y Omega para indicar, siguiendo el libro del Apocalipsis (1,17; 22,13), que Cristo es el principio de donde se origina y el fin a donde culmina la historia.

Se ha usado una simbología con alusiones a las tres cofradías y a los miembros de las Comunidades Neocatecumenales que forman parte de esta Parroquia de San Francisco y San Eulogio y que han intervenido en la realización y en todo el dispositivo de esta Cruz de Mayo: los olivos nos hacen presente a la Cofradía del Señor en el Huerto de los Olivos; el rojo de la cruz, hace presente a la Cofradía del Señor de la Caridad; las cuatro columnas llenas de flores blancas, al baldaquino del paso de la Virgen de la Cabeza; el agua de la fuente, de la que nace la cruz, al agua del bautismo que se redescubre y se quiere renovar por parte de los miembros del Camino Neocatecumenal. 










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