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sábado, 23 de mayo de 2015

Gutiérrez Carrasquilla y la Hermandad del Silencio


Blas Jesús Muñoz. A nadie escapa que los procesos de restauración suponen siempre un proceso, cuanto menos, delicado tanto a la hora de afrontarlo una hermandad como el propio restaurador en sí.

El caso de la  primitiva cofradía de nazarenos del Silencio de Sevilla y el reconocido restaurador Enrique Gutiérrez Carrasquilla es digno de mención y de reconocimiento, una vez concluidas las labores de conservación de la talla del Beato Juan de Prado, propiedad de la corporación de San Antonio Abad.

Una imagen que, si bien es de autoría anónima, diversos expertos la atribuyen al entorno del imaginero Duque Cornejo, que habría recibido el encargo por parte de los frailes del convento de San Diego de Alcalá como celebración de su beatificación por el Papa Benedicto XIII el 24 de mayo de 1728.

Los resultados de la labor desempeñada por Gutiérrez Carrasquilla han sido expuestos por la cofradía que dirige Ybarra tanto en redes sociales como por medio de la exposición en la Casa de Hermandad este pasado viernes día 15.







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