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miércoles, 3 de junio de 2015

Cruz de Carey: El respeto


Hoy es uno de eso tres jueves, que como dice el refrán, "relucen más que el sol", y que están marcado en el calendario litúrgico de nosotros, los católicos. No les voy a hablar de la procesión del Corpus Christi, ya sea de Sevilla o Granada, sino del respeto, el respeto del público que asiste a ver el discurrir una procesión, del respeto entre hermanos de una misma hermandad o de distintas, del respeto en sí, en el mundo cofrade.

Precisamente, el respeto existente y que presentamos a Cristo en el Sagrario o en la Custodia, cuando en estos días salen a recorrer las calles de cualquier lugar de nuestra geografía, ese mismo respeto debemos presentar o mostrar en todas las cosas concerniente al mundo de las hermandades. El respeto es esencia para la normal convivencia en una hermandad entre hermanos de distinta condición, pero que tienen en común el fervor a sus titulares. Si, por ejemplo, un hermano no te tiene consideración hacia ti, que te mira por encima del hombro, o te menosprecia, creo que debes pedirle que tenga respeto, el mismo respeto que tú le tienes a él, u otro hermano cofrade. Un ejemplo, cuando se insulta o se menosprecia a una imagen, o se ataca al titular de una hermandad para defender a la devoción de tu hermandad. En este caso, pienso que se debe mostrar, que esas determinadas actitudes, provocan daño a la persona, y hay que hacer ver que cómo se sentiría si le ocurriera a ella. 

Esto también ocurre, cuando se ataca a las hermandades por cualquier tema, se le pierde el respeto. Últimamente, he visto cómo se solicita dicha consideración a las hermandades por parte de las mismas, o un tercero, por temas cómo por ejemplo, la forma de comportarse y actual al paso de las cofradías, hecho que ha ocurrido en este año, en la ciudad de Cádiz, y que ha sido por los gritos e insultos al discurrir de una imagen de Nuestro Señor, por la forma de andar o cargar de un paso. Como ya dije en otro artículo sobre la forma de cargar, hay formas de mostrar o dar nuestra opinión, pero desde el respeto a las imágenes que representa a Cristo, la Virgen y los Santos. 

Asimismo, vemos como a nosotros, los cristianos por nuestras creencias, nos faltan el respeto constantemente, parece ser que no debemos recibir esa ponderación o consideración por creer en el cual creemos. El pregonero de la Semana Santa de Málaga del año 2014, lo pedía en su pregón, algo que se está convirtiendo en habitual últimamente, desde el atril, respecto a las creencias de uno, sus sentimientos y tradiciones que vienen de generaciones, y transmitidas de padres a hijos.


Igualmente, es necesario enseñar o educar al público que asiste a ver el discurrir de una corporación penitencial o de gloria, algo que ya comentaba en un artículo anterior que escribí en mi columna semanal "Cruz de Carey". Veo cómo hay jóvenes y no tan jóvenes, que al pasar una hermandad silente, gritan o hablan en voz alta, además de mostrar actitudes muy diferentes al respeto, que se debe mostrar en ese mismo momento. En ocasiones, las demás personas que están presenciando a la hermandad, censura y les llama la atención por dichos actos, pero otros no hacen lo mismo. No sé si es porque no quieren meterse en líos o por miedo, realmente no lo sé. Hay que ser valientes como esas personas que  les regaña o censura la actitud de esas determinadas personas, que le falta el respeto y consideración a la hermandad y a sus hermanos. Esa compostura y ese saber estar que unos muestran ante el paso de una hermandad, ya sea de un carácter silente o distinto, pienso que se debería enseñar a todo el mundo, porque sólo unos pocos, no lo muestran. 

Podría hablar de más faltas de respeto que hay en este mundo cofrade, pero ahora no recuerdo alguna más o no se me viene a la cabeza. Sin embargo, creo que es necesario exigir ese respeto y consideración que debemos tener por cristianos y cofrades que somos, por nuestras creencias y por nuestra labor como miembros de la Iglesia, porque no sólo hacemos procesiones, cultos o demás actos, sino también ayudamos en estos tiempos de crisis y penurias a los que más lo necesitan. 


Juan Evaristo Callejas Jerónimo



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