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lunes, 22 de junio de 2015

La Chicotá de Nandel: El cáncer terrenal


En las duras se ven a los amigos, en las duras, no en las maduras. Pueden pasar los años, por supuesto, es más, con más duras que maduras es cuando se sopesa en realidad al que acudir, en quién refugiarse. Al cofrade, parece mentira, con lo que defendemos este mundo dentro del cristianismo, que se nos olvide que nuestro mejor amigo es Jesucristo, el Señor, o mismamente su Padre.


El Cáncer, no solo se plantea, no se nos sobreviene por una mancha en nuestro interior, en un frenazo a nuestros órganos. No solo hay cánceres de hígado, de próstata, tristemente no… no se limita a eso la enfermedad, pero, ¿cuántos cánceres, tal y como los concebimos hemos de afrontar?

¿Cuántos padres de familia tienen el cáncer de que, aun estando en una Hermandad, ven la enfermedad cercana a la muerte, si prosigue, el cáncer de la desnutrición de sus hijos?

¿Cuántas personas sufren del cáncer de la falta de respeto, de integridad incluso?

Vivimos a día de hoy, y esperen al mañana en que vamos a vivir, en un mundo en que cuatro piojosos se han aprovechado en tanto cuanto de cuatro cánceres terrenales de sociedad o más bien solución. El cáncer se erradica, como por ejemplo, la falta de aseo, o de respeto, díganle a los que se autoerigen como únicos defensores de los inmigrantes (POTEMOS), si a los Judíos los van a dejar venir, tras el iluminado de turno de su partido, que se burló (que no fue burla normal, espero su burla con los que asaltaron la redacción de Charlie Hebdo), de personas cruelmente muertas o mutiladas a causa del terrorismo descabellado. El cáncer mental de quienes se ríen de las víctimas de la barbarie, de los fallecidos o los que han perdido parte de su cuerpo. Aun así, Irene Villa tiene más integridad en el cerebro y el corazón, que todos estos enfermos del cáncer del odio. El problema, es de los que han votado a los del cáncer. La inteligencia es un grado amigos... y luego os quejaréis…

Moría luchando hasta el final una persona, era una chica, no llegaba a los cuarenta, el cáncer se la ha llevado. ¿Sus amigos? Pues no sé si me encontraré entre ellos, pero si se encuentran (no hay más que mirar su muro de Facebook, y los comentarios) costaleros de hermandades punteras, entre ellas, algunos que han compartido trabajaderas en las dos mías.

Vistos desde la fiesta taurina a abolir, la pluralidad de religión, en que nuestra religión ni existirá al lado de otras, tendrán los que desean el cáncer religioso su foco de infección, y algunos, ayudaran a dicha enfermedad. Cuando queramos pararla será en vano, pues va ganando terreno, mientras nosotros entre guerras y odio, dando la espalda a Dios, les damos más cancha y el trabajo hecho.

¿Cómo puedo leer de un costalero, un cofrade, UN CRISTIANO en un muro público, que su amiga se había ido por culpa de una enfermedad mandada por Dios, que no quería que se curara, que no existe NADA ARRIBA?.

Por no hacer más extenso el tema, les dejo la reflexión propia. Cánceres en la tierra hay muchos, amigos que acaban siendo cánceres, parejas, hijos abocados a la drogadicción, al mal camino… aunque sean cánceres que no se achaquen a Dios. Cánceres hay muchos, de muchos tipos, tipos de fe, solamente hay uno, el único, el verdadero… como la ilusión, o llamémosle amor cerca de la antigua Calle el Tinte…

Cada uno tiene un cáncer que curar, que cuidar, que respetar, que apoyar, que salvaguardar… Y momentos de fe con los que afrontar tanto estos momentos como los de alegría, y yo, ¿qué quieren que les diga?, he sufrido el cáncer terrenal como dictan los médicos, y… estoy a salvo, pues en mi familia no hubo otro tipo de cáncer, pero a día de hoy si les digo, que mi fe, las de los míos, sigue preparada para mil cánceres y mil más… Lo que no sé, es si yo aguantaré de ilusión en la vieja calle de Santa Marina, o gatearé los tejados de ilusión. Dios dirá, y así será.



Fernando Blancas Muñoz
@Nandel_007












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