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domingo, 12 de julio de 2015

El escalofriante milagro que obró la Virgen de las Angustias


¿Existen los milagros? No lo sé, pero hay coincidencias que te ponen los “vellos de punta”. Les cuento algo muy emocionante  que ocurrió en Sevilla esta primavera:

Mediodía del Viernes Santo de una Semana Santa del 2012 que recordaremos por la lluvia.  Tras recorrer Sevilla durante la Madrugá, la cofradía de Los Gitanos regresaba a su sede. El riesgo de lluvia hizo que el  Señor de la Salud se recogiera con prisas en su “Santuario de la Vida”. Loli, nazarena del Señor, desde el interior del templo se emocionaba viendo  la entrada de la Virgen de las Angustias, Patrona de los Donantes de Órganos de Sevilla.

Alberto Gallardo, su capataz, tocó el martillo y arrió el palio mirando hacia el  interior del templo. Loli se fijó en el cirio de la candelería que el mensaje “Lágrimas de Vida” en honor a los Donantes de Órganos. Miró a la Virgen y tuvo una corazonada. Cogió su teléfono, que había mantenido en silencio durante su estación de penitencia, y vio que tenía muchas llamadas perdidas de Mario, su marido.

Como Mario estaba en lista de espera para recibir un trasplante de riñón, sintió un escalofrío. Inmediatamente le llamó. Sabía que la mañana del viernes le tocaba su sesión de diálisis en la Clínica Santa Isabel. Mario le informó que iba camino del Hospital Virgen del Rocío. Le habían llamado porque había un donante compatible pero que, al estar en segunda opción, tenía poca esperanza de que fuera para él.

Loli recuerda que mientras la Virgen giraba en su palio para despedirse de Sevilla su sobrino, también nazareno, le dijo que la Patrona haría realidad lo que desde hacía seis años deseaban.

Cuando Ella entró en su Santuario, comenzó la lluvia. Entonces, Loli recibió otra llamada de Mario: ¡¡¡¡El trasplante iba a ser para él!!!

A última hora del Viernes Santo Mario salió del quirófano y llegó a la UCI, ya trasplantado. Su nuevo riñón comenzó a funcionar inmediatamente. Las emociones estaban a flor de piel. El Domingo de Resurrección Mario salió de la UCI y en el aislamiento de trasplante renal su mirada rebosaba felicidad.

Pocas horas después le visitaba el Hermano Mayor de la Hermandad de los Gitanos, José Moreno. Loli, tras su mascarilla, disimulaba su llanto mientras recibía, como recuerdo de esos momentos inolvidables, un detalle del paso de la Virgen de las Angustias. Pero el Hermano Mayor llevaba otro regalo: el cirio que iluminó a la Patrona en su palio como homenaje a los Donantes. Todos nos emocionamos cuando Mario lo cogió en sus manos. Este cirio, desde hace tres años, lo funden en el palio de la Virgen donantes y trasplantados entre saetas y lágrimas, la noche del Viernes de Dolores en uno de los actos más emotivos de la Hermandad.

Quizás no sepan que Mario estaba vivo gracias a dos donantes, a dos trasplantes de hígado realizados en 1995 y 1999. Ahora ha recibido un trasplante renal. Son tres donantes los que han permitido que una gran persona, y su familia, puedan seguir disfrutando de este don maravilloso que es la vida. Mario y Loli, porque les ha tocado a ellos, se emocionan cada vez que escuchan la palabra Solidaridad.



¡Hay coincidencias que te hacen pensar……!

Tras hacerles la foto con el Hermano Mayor, comentamos el significado de la palabra “milagro”. Llegamos a la conclusión de que los milagros existen, pero que para hacerlos realidad necesitan que los humanos le facilitemos el camino, como ha hecho esta Hermandad de Los Gitanos con un trabajo de concienciación excepcional apostando por la Vida, con la entrega de unos costaleros que saben que llevan sobre sus hombros a la Patrona de los Donantes de Órganos de Sevilla,  con el trabajo incansable de sensibilización de muchas personas trasplantadas que luchan por los que ocupan las camas que ellos dejaron, con la pasión de los sanitarios para demostrar que es posible la vida después de la vida, gracias a la Solidaridad y al Amor al Prójimo…… Gracias a tanto esfuerzo han aumentado las donaciones en Sevilla y, con ello, el número de personas trasplantadas que “vuelven a nacer”.

Diez días más tarde llamé, emocionado, al Hermano Mayor para informarle que Mario era dado de alta a su domicilio. El trasplante había sido un éxito y su recuperación excelente.

Gracias, Mario y Loli, por mantener la Luz de la  Esperanza durante tantos años y por ser unos luchadores incansables y ejemplares. Gracias a la Hermandad de Los Gitanos de Sevilla por mantener encendida la Luz de la Vida, para que todos los enfermos terminales puedan tener el regalo de una segunda oportunidad, de la Salud, al hacer realidad el “milagro” de transformar Lágrimas en Vida y Angustias en Esperanza.


Texto: Dr. Pérez Bernal









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