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domingo, 26 de julio de 2015

La Amargura luce como en los años 50


Blas Jesús Muñoz. Hay cofradías que se prestan en todo momento a una contemplación clásica, elegante, sin estridencias, como es el caso de una de las hermandades hispalenses por antonomasia, El Silencio Blanco.

Y es que La Amargura, su cofradía, sus veneradas Imágenes, siempre muestran un aspecto envidable y, en esta ocasión, no podía ser menos el aspecto que muestra la Virgen de la Amargura de cara al período estival, mostrando un aspecto que nos retrotrae en el tiempo hasta principios de la segunda mitad del siglo pasado.

Luce la Santísima Virgen el manto de damasco rojo que estrenara en 2008 (además de la toca sobremanto con la corona que luciera hasta la Coronación en 1954); toda vez que San Juan también está ataviado con este terno a conjunto con el mismo material y tejido, estrenado en esta ocasión. 

Una estampa que no deja indiferente al devoto que la contempla y que recupera en el tiempo la instantánea eterna de la Santísima Virgen que se entrega a Sevilla cada Domingo de Ramos.





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