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viernes, 7 de agosto de 2015

En mi Huerto de los olivos: Gente de Paz. El tiempo pone a cada uno en su sitio


En las últimas semanas quizás más acuciadas por el tiempo estival en el cual nos encontramos, leo cada vez más aptitudes en contra de la información y opinión que los distintos escritores de GdP sufrimos en nuestras propias personas, y algunas son con una descalificaciones que me dejan un poco perplejo y más aún dentro de este mundo de las cofradías.

Cierto que cuando se escribe de algún tema que te toca un poco la fibra sensible, pues nos pongamos un poco como los gatos con los pelos algo más de punta de lo normal, pero llegar al insulto y a las descalificaciones personales no entran aún en mi mentalidad tanto como persona ni como cofrade.

Y que conste que este verano que yo sepa para mí está siendo más tranquilo que el anterior dónde tuve que aguantar hasta vejaciones a título personal de parte de personas que supuestamente tienen que dar ejemplo, por tener un cargo muy importante dentro de una hermandad o por la propia historia que ellos mismos han escrito en ella o porque lo iban a realizar un tiempo después.

Yo puedo entender que te moleste mi opinión sobre algún tema que pueda tocar o del cual escribir. Antes de darte por aludido infórmate de donde hemos tomado la información para realizar ese artículo, sea más o menos de tu gusto, o para nada te guste o solo alabe tus actos. Pero cuando hay gente que directamente se cree que hablamos de ellos para hacer daño, sin motivo ni causa justificada es cuando me entran los escalofríos piernas arriba. Y mira que cada día tengo menos por mi enfermedad.

Hace un año hablaba de cambios de bandas de ciertas hermandades y justamente de la que no hablaba tomaba una serie de medidas contra mí persona que como bien saben me afecto tanto en lo personal, por lo que me dijeron y cómo me lo dijeron como en lo cofrade. Es a día de hoy y casi todos saben las medidas que tomaron en contra de mi persona “cofrademente”, y lo que peor las que sufrí a nivel personal.

Pero cual es mi satisfacción que casi un año después el tiempo pone a cada uno en su sitio y a buen seguro que nos pondrá a todos, a mí el primero. Las actuaciones de cada uno son de cada uno y más tarde o más temprano todos pasaremos por el juez del tiempo.

Y digo esto por como algunos en redes sociales, con llamadas personales, con formas varias de hacer llegar sus diferencias de criterio, hablan de compañeros que escriben en GdP, incluso intentado mover hilos a niveles superiores para que nos pongan una cinta en nuestra boca para amordazarnos, porque lo que contamos de ellos no les gusta. Señores amordazadores, ese no es problema. El problema lo tienen ustedes al querer hacernos tragar con ruedas de molino y querer transfigurar la realidad de los temas candentes de sus hermandades y cofradías.

Y lo peor que nos les gusta que hay alguien que pueda descubrir sus fechorías en la hermandad de turno que en ese momento se encuentre en el candelero por las distintas formas de abordar los temas que tienen en su horno. O simplemente que no sean esclavos de sus silencios, como hay tanta gente en las hermandades, como los que por un puesto de relevancia se vuelven tontos de capirote, como los que piensan que sin ellos su hermandad no va a seguir sumando años de historia -aquí digo que algunas lo están pasando nada más que regular para seguir escribiendo su historia-, o como que ese que decía ser tú amigo se vuelve ahora en tu peor enemigo, o como…

No voy alzar la voz más de lo que ya lo había hecho antes. Solo decirles que gracias a los organizadores del Pregón del Costalero de la Ciudad de Córdoba, a los capataces que dieron la cara por mí, a mi hermandad de San Sebastián de los Ballesteros por el apoyo y confianza, a las cuadrillas de esta población y de la Reina de los Mártires y los “hermanos” de la cuadrilla de la Oración en el Huerto, que me apoyaron y mis amigos redactores de GdP, por el apoyo que me dieron en los momentos más duros desde el pasado mes de agosto, y a tantos cofrades, que no de boca, sino con actos me mostraron su apoyo. A los que me dijeron con palabras otras cosas, espero que sean capaces de cumplirlo. Y a mis hijos que fueron grandes como ellos solos me pudieron demostrar a mí, tanto en el devenir del día a día, mi familia mis padres y hermana, cuñado, como a otra persona que está en la oscuridad y no le gusta salir, prefiere seguir siendo invisible, gracias a todos porque el tiempo pone a cada uno en su sitio.

Pachi Giraldo













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