Estimados lectores, hoy, lo admito, estoy enfadado. Estoy enfadado de verdad. Sólo me apetece plantarme en el despacho de Isabelita Ambrosio para decirle un par de cosas, pero en público y con micrófono, para que se entere todo el mundo de su ineptitud.
Después del espectáculo que han originado quitando unas medallas a Antonio Cañero con la escusa de la memoria histórica (recordemos que el rejoneador colaboró en la Guerra Civil de forma activa en el bando sublevado), que después se supo eran unas medallas conmemorativas de la Guerra de Independencia (1808-1814), añadiendo a esto su fallido intento de cobrar una tasa a las cofradías en concepto de seguridad ciudadana, su más que poco sutil fechoría de sacar a San Rafael del ayuntamiento, su desplante en la Regina Mater y su interés y colaboración con el sector islamista de esta ciudad, sólo me cabe decir que a Córdoba, de cultura, sólo le queda el nombre.
Señores míos…Córdoba es una ciudad inventada en lo que a su cultura se refiere. No me entiendan mal, tiene su cultura propia, o la tuvo en sus días. Lo malo, es que nos han bombardeado con demasiada información errónea, fruto de los ideales de unos pocos, que pretendían imponer un pasado que nunca existió. Ellos lograron una cultura a la carta. Hablemos pues de nuestra verdadera cultura.
Empezando porque realmente nunca existió una armonía entre las tres culturas, porque era imposible en la mentalidad de la época, me parece grotesco pues, que nuestro ayuntamiento defienda el pasado de una ciudad que desconoce.
La sinagoga, símbolo de la unidad de culturas, no es tan antigua como nos creemos, es de época medieval, de hecho es del siglo XIV, se construyó bajo dominio cristiano, y no llegó a ser usada como tal ni dos siglos, pues después de la expulsión de los judíos en 1492, se usó como Ermita de San Crispín y San Crispiniano. Por lo que no me vale como ejemplo de multiculturalidad. Sobre todo cuando bajo dominio de almohades y almorávides eran perseguidos y asesinados los que no abrazaran la religión islámica.
Si defendemos pues la Catedral como cultura islámica tenemos que saber que casi todas las portadas exteriores son obra de Mateo Inurria, escultor abandonado de nuestra memoria como tantos grandes maestros que no son considerados dentro de nuestras fronteras. Hasta la capilla de Villaviciosa es en cierto modo fruto de Ricardo Velázquez Bosco.
El puente romano, de romano tiene pues poco, ya que sólo dos de sus arcos son originales, y después de la última y nefasta restauración, puedo decir, que Córdoba tiene un puente, y no romano.
Las murallas lo mismo, originales quedan pocas. El templo romano es fruto del siglo XX, y así con casi todo en esta ciudad. ¿Por qué nos esmeramos más en conservar un pasado falso que en recuperar lo que sí es original?
¿Acaso alguien de nuestro ayuntamiento vaciló cuando arrasaron Cercadilla, único palacio imperial descubierto en España? ¿O alguien se opuso a la destrucción de las incontables ruinas romanas descubiertas bajo el bulevar Gran Capitán? ¿Quién se proclamó en contra del derribo del convento de Santa María de Gracia allá por los 70? ¿Alguien se preocupa por el estado del templo de Madre de Dios o de Santa Clara?
Esto, señores, es la forma de ser cordobesa, es no preocuparse por nada, total, ¿para qué? Si tenemos la mezquita… que con eso nos sobra.
Tenemos que empezar a asumir que la cultura de Córdoba lo que vende y de lo que más poseemos es arte Cristiano, ¡explotémoslo! Córdoba fue mora, vale, pero de eso hace mucho tiempo. Córdoba tiene monumentos incontables que pasan desapercibidos por el ensombrecimiento de lo cristiano en pos de un pasado islámico.
Así pues, Isabelita y Pedrito mío, dejad de fastidiar ya a los cofrades, a los cristianos y los que sí respetamos y valoramos la cultura. ¿Tanto os fastidia permitir un museo dedicado a un sector cultural que deja cada año millones en las arcas públicas? ¿Tanto les importa una dichosa celosía sin más valor que el material de la que está hecha? ¿Tanto os molesta que Córdoba tenga devoción a la Fuensanta? En serio, ¿Tanto os molesta Córdoba?
Así que, ustedes autollamados libertarios y demócratas que tanto criticáis la inquisición y los fascismos ¿Acaso no es sectarismo, fascismo y persecución lo que ustedes hacen con todo lo que huela a incienso o a Iglesia? Seguid, si, seguid, acabad con la paciencia de un pueblo que no os votó y que gobernáis por orgullo, soberbia y mal perder.
Os dejo una frase del Apocalipsis: “Date cuenta, pues, de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera. Si no, iré donde ti y cambiaré de su lugar tu candelero, si no te arrepientes”
Antonio Maya Velázquez
Recordatorio La Espada de Damocles: El enemigo está dentro