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sábado, 15 de agosto de 2015

La Espada de Damocles: Perdone Sr. Político, que su primo sea costalero no excusa sus carencias intelectuales


Para quien no me conozca, soy bastante joven, eso me exime del derecho a hablar de épocas que no he vivido. No puedo hablar de lo buena o mala que fue la República, porque no la he vivido, no puedo hablar de lo mal que lo pasé en la Guerra Civil, porque no la he sufrido, no puedo alabar o condenar la dictadura, porque nací décadas atrás de su extinción, no puedo hablar, en resumen, de ello, porque no me corresponde.

Cada día que se ha sucedido desde que comenzó el corriente año, veo con asombro temeroso, como ciertos sectores de la población son perseguidos por la opinión de algunas ideologías políticas. Veo, como proyectos que amplificarían la cultura de nuestra ciudad son paralizados por tener que ver con la religión católica. Y me entristece.

¿Qué pensarían si les cuento que hay una época donde se ponían trabas a la religión católica, donde se eliminaban monumentos a mártires religiosos, dónde se intentaban expropiar bienes eclesiásticos? ¿Qué pensarían si les cuento que hay una época donde algunos partidos políticos se tomaban el derecho a decidir que nos puede gustar o no, que religión es nociva o no, que afición es legal o no? ¿Qué pensaría si les cuento que hay una época donde se eliminaban retratos del jefe de estado, donde se prohibían himnos y banderas que representan nuestra patria? ¿En qué época están pensando? No, no hablo de la República ni de la Dictadura, hablo del siglo XX y más concretamente del año 2015. ¿Esa es la actitud de una nación moderna, de una nación avanzada e inmersa en el segundo milenio? La respuesta para mí es No.

Y ante esto estoy cansado, estoy cansado de ver como este país está atrasado social e ideológicamente por personajes anclados en épocas pretéritas que no permiten a la nueva juventud exenta de esa ideología trasnochada y recalcitrante marcar las pautas de esta nueva era.

Estoy cansado de que los aficionados a cierto ámbito cultural como son las cofradías o los toros sean usados como arma arrojadiza según interese a una u otra ideología. No señora Ambrosio, no señora Díaz, no señor Sánchez, Rajoy, Iglesias, etc. No somos títeres en su discurso político. No me representan sus acciones. Por ser cofrade no tengo porqué ser de derechas o de izquierdas, no tengo porqué ser pijo o capillita. No. No me sirve que para limpiar su discurso de cagadas antidemocráticas me digan que su primo es costalero o prioste. No me sirve, porque ese primo no es usted, y no tiene porque ser usado como escusa a palabras que suenan a persecución y sectarismo. 

Lo que yo quiero señores políticos (y no digo señor y señoras que con un solo género nos entendemos) no es que sean católicos o cofrades, me da igual lo que ustedes sean, lo que yo quiero es que nos dejen en paz.

Quiero poder usar mi himno para honrar a mis imágenes, quiero poder rezar en un acto público de fe sin ser juzgado de carca franquista. Quiero que dejen en paz a la religión católica, que hace tiempo que se comporta decentemente, y si se les ha olvidado, no es afín a ningún régimen, porque recuerdo, Franco murió hace 39 años que parece que ustedes socialistas, comunistas y demócratas todos, desean más que los propios franquistas tenerlo vivo.

Quiero que no se borren los símbolos de mi ciudad, me gusta ver un cuadro de San Rafael en el ayuntamiento que está bajo su custodia, me gusta ver el viacrucis en la cuesta del Bailío, me gustan los triunfos y las cruces que se erigen en esta ciudad. Me gusta no por su significado religioso, me gusta porque es cultura y patrimonio de nuestro pasado y de nuestra historia.

A nosotros nos tachan de antidemocráticos, pero no pretendo que se cierren las mezquitas, lo respeto, no soy defensor del día del orgullo gay, pero lo respeto, no me gusta el discurso falso y mentiroso de la Córdoba de las tres culturas, pero lo respeto, no me importa que el edil vaya a las jornadas del Ramadán, pero lo respeto, no entiendo porque Andalucía tiene que ser autónoma, pero lo respeto, no me gusta que se erijan monumentos a asesinos históricos, pero lo respeto, no me gusta que el PP se diga ser cofrade para ganar votos, pero lo respeto, no me gusta que el edil falte a un acto público como el Corpus o la Regina Mater, pero lo respeto.

Lo respeto porque que aunque no me guste o no lo defienda no me hace olvidar que hay gente que si le puede gustar o defender. Porque el político no es representante de un sector minoritario, es representante de los ciudadanos de toda clase, origen, religión y condición, me pese a mi o a ellos. Por ello cuando me tachen a mí, o a los cofrades de tener una ideología, que se miren ellos un poquito el ombligo y piensen, si no serán ellos los que van en contra de la libertad religiosa o de expresión, anulando a los que no piensan como ellos y defendiendo sólo lo que ellos consideran correcto, aunque vaya en contra de la opinión general. Porque los políticos no son dueños de la verdad absoluta. Y tienen que empezar a aceptar que España, Andalucía y Córdoba, en nuestro caso más particular, tiene una idiosincrasia que engloba presumiblemente todo lo que a ellos no les gusta. Así que si no entienden o no les gusta nuestra forma de ser, no se presenten a alcaldes o presidentes de una ciudad/región que no quieren representan y que por su discurso no les gusta, obligándonos a cambiar nuestra forma de ser, para así acomodarnos a la que ustedes quieren seamos.

Antonio Maya Velázquez






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