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martes, 15 de septiembre de 2015

Enfoque: La nueva iglesia del bipartito


Blas Jesús Muñoz. Cuando crees que ya nada puede sorprenderte la sorpresa gira su cara de Arlequín melancólico y te saltas del susto hacia atrás. Es una reacción instintiva la que precede al enfado. Atávico como la que te impide utilizar ciertas expresiones porque la inteligencia del lector lo impide, como muestra de respeto. Sin embargo, no les niego que Ardo en deseos, desde hace algún tiempo, de lanzar improperios al viento.

El último exabrupto lo han lanzado en modo de plan de salvamento municipal (mi amigo sigue sin luz, por cierto). Un plan en el que no se incluye a los bancos de alimentos porque impiden a las personas realizarse dignamente. Así que uno tiende a pensar que la dignidad la marcan ellos.

No gusta lo religioso en Capitulares, pero con la paradoja en modo Ón, se atreven a categorizar con su moral en la mano. Usan el púlpito del antiguo Foro, como si de una Toma pagana y caduca se tratara. Se suben al ambón de su panegírico que profesa la fe del último momento que se abraza a cualquier esperanza de un futuro en la cátedra municipal o cualquier cosa que se le asemeje.

Ahora se han convertido en una especie de Cáritas parroquial que, más que desear el bien del prójimo parece buscar su voto desde su púlpito fariseo. Tal vez, mantener empresas municipales eternamente deficitarias y que ofrecen servicios y productividad más que discutible, se compite como obra social municipal. Es la nueva Iglesia evangélica de la izquierda (o lo que ellos se denominan o nos quieren hacer creer). La misma capaz de defender la abolición del Toro de la Vega y considerar no digna la labor del Banco de Alimentos.










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