No es ningún misterio que las noticias que saltan a las portadas de los medios de comunicación, si tienen como razón dejar en evidencia a la Iglesia Católica, son enarboladas como defensa del progresismo. Nos están acribillando por todos los flancos, y por egoísmo, no nos defendemos, pues en vez de unirnos por un objetivo mayor, estamos dispersos en esta lucha porque sólo buscamos nuestros intereses personales o los de nuestra cofradía.
Ya nos han humillado bastante, y el problema es que desde el ayuntamiento buscan cercarnos como a animales de presa, pero no a las cofradías, sino a la Semana Santa de Córdoba. ¿Hasta cuándo vamos a permitirlo? Hay que echarles un pulso a los gobiernos que buscan humillarnos, hay que demostrarles que no pueden aprovecharse de nosotros, hay que decir que no a sobornos, no podemos dejarnos comprar por unas míseras monedas, porque tenemos lo que ellos vendieron, dignidad.
Dignidad, dignidad que no tienen porque defienden los intereses del partido antes que la ética social, porque no gobiernan, juegan a gobernar, mientras duermen plácidamente por saber que hay organismos que les quitan los problemas, los problemas de la indigencia, de la mendicidad, del hambre, de las vidas rotas. Porque aquí los alcaldes gobiernan sólo para los que les votan, para los que tienen dinero, para los que son algo. Dan favores si saben que van a ser correspondidos.
Y ya uno se cansa, se cansa de que nos utilicen, de ser la excusa de las derechas, las Hermandades no deben saber de colores políticos, no deben dejarse vender por palabras vacías y proyectos que nunca se realizarán. Porque en parte estamos recogiendo lo que sembramos, cuando nos dejábamos ningunear por políticos que nos dejaban solos ante la adversidad, y sin embargo perdíamos una parte de nuestro cuerpo en que salieran con una vara detrás de nuestros pasos.
¿Qué somos? ¿Qué queremos ser? Hermanos mayores de Córdoba, uníos, uníos sin pensar en que podáis sacar provecho personal de ello. Uníos para hacer fuerte a una Semana Santa que agoniza ante las puñaladas de alcaldesas y prensa amarilla. Demostradles que sin nosotros no son nada. Y estoy harto de la falsedad y de la incoherencia. Porque no les gustan las cofradías, y sin embargo sí lo que perciben del ingente turismo que generan. Porque se dicen gobernar para todos, y sin embargo nos ponen innumerables trabas para cualquier cosa que hagamos. Les gusta ver los hoteles llenos en Mayo, pero nos matan a exigencias y a permisos para poner una Cruz de Mayo.
¿Qué pasaría si decidieran las hermandades sacrificar un año sus ingresos, y no organizar sus Cruces? ¿Qué pasaría si decidiéramos no tener salidas procesionales? ¿Acaso no se arrodillaría la alcaldesa y cedería a todas nuestras exigencias? Eso es lo que tenemos que buscar. Unirnos para demostrar que somos más de lo que ellos creen. Unirnos para demostrar que antes que los bordados, las tallas y lo externo está nuestra religión, está nuestra dignidad. Y tenemos, debemos dejar ya de egoísmos y de
fruslerías y gritar, gritar en defensa de unos derechos que nos niegan, los que se dicen defensores de ellos.
Antonio Maya Velázquez