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viernes, 4 de septiembre de 2015

La Firma Invitada: Músicos por arte de magia


Sale el gran ilusionista al escenario y con un chasquido de dedos aparecen cientos de músicos de la nada. Chicos y chicas que jamás habían cogido un instrumento, que no sabían nada de solfeo ni de música cofrade y ahora, en su primera Semana Santa cumplen su sueño y salen con su banda.

Pero ese ilusionista ha tenido que estudiar y preparar el gran truco. Muchos ensayos y muchos errores una y otra vez hasta poder encajar cada pieza como un gran puzle musical para que la obra llegue a ser presentada al público.

¿De verdad creen que estos chicos, aficionados, que cada año se estrenan de la nada en la música cofrade lo hacen por arte de magia?.

El verano llega a su fin y comienzan los ensayos, pero ¿sabían que muchas bandas forman a nuevos componentes durante esta época?. Pues así es. Ensayos veraniegos. Chicos y chicas que con un calor de justicia ensayan duro. En lugares de playa donde dejan estas para ir con gran ilusión a las escuelas o aulas musicales que cada banda prepara. Y estas clases impartidas por los mismos músicos y directores musicales de las bandas. Si si después de terminar el año y la dura Semana Santa con apenas dos semanas de descanso vuelven al tajo.

¡Eso es digno de admirar! Los chicos ilusionados y deseosos de que llegue el día en el que sus familiares los vean tocar. Dedicar ese tiempo en la educación musical de los chicos. Además se educan en la amistad, el compañerismo, el concepto de trabajo en grupo e ir consiguiendo metas.

Como en todo, esto se critica, pero puede ser bueno si la crítica es constructiva. Pero cuando la crítica pasa a ser burla y viene de "compañeros" de otras formaciones me parece una falta de respeto hacia una iniciativa que no hace más que mejorar la música cofrade.

Motivados por aumentar el número de componentes y asegurar un futuro a nuestra asociación musical, en Cristo del Mar llevamos tres cursos educando desde cero en nuestra aula musical a los nuevos músicos. En este tiempo han pasado alrededor de cincuenta chicos. Unos no llegaron a debutar, otros lo hicieron y se marcharon y otros todavía están y se han afianzado en el colectivo. Un trabajo que en los malos momentos te hace pensar si merece la pena tanto esfuerzo y dedicación, pero cuando ves a los chicos con la sonrisa en la cara, haciéndose fotos con el uniforme y entre amigos y familiares, en ese momento te sientes realizado.

Felicidades a todos los que año tras año, verano tras verano trabajáis para que la música cofrade aficionada tenga un futuro.

Alfonso García










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