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jueves, 29 de octubre de 2015

Cruz de Carey: Mediocridad


En la presente semana he pensado mucho sobre las últimas noticias que han ido apareciendo sobre decisiones tomadas, en muchas ocasiones inexplicables, o por la forma de actuar de las mismas, en asuntos de una considerable seriedad. Ya he comentado en otros artículos sobre juntas de gobierno que no han estado  a la altura en una decisión o decisiones de gran importancia o hechos que deberían haberlo estado; así como cuando pierden el norte, en decisiones que perjudican a la hermandad. 

A raíz de todo esto, estoy viendo una mediocridad impresionante en nuestras hermandades, que además es extrapolable a otros conceptos del mundo cofrade, como pueden ser el mundo de la música cofrade, o de costaleros, como por ejemplo. También veo que se dejan llevar por determinadas modas, que perjudican, más que beneficiar a cualquier hermandad. 

Comentaba  el párroco de San José Artesano y secretario del Arciprestazgo de San Fernando, D. Rafael Vez Palomino, en la Eucaristía del inicio del curso cofrade 2012/13, según recoge la edición digital de “Andalucía Información”, que “El mundo de las hermandades y cofradías pasa por una situación de mediocridad”, a raíz de la situación de varias hermandades de dicha localidad gaditana, por aquel entonces, y añadía de qué se tenía que aprender de los errores. 

De esto mismo, hablaba Carmen Hinojo en un artículo publicado aquí en GdP, hace más o menos un año, en el cual “la mediocridad intelectual parece ser el distintivo de la mayor parte de los integrantes de esta élite”, añadiendo algunos rasgos significativos de los mismos. Que les voy a decir, sino que estoy muy de acuerdo en lo que afirma en su artículo. Yo he sufrido y sufro de la mediocridad de cofrades que no le llegan a la altura, ni de los zapatos, a todos aquellos buenos cofrades que ha realizado más que muy buenas gestiones al frente de nuestras corporaciones, del estilo que sea, durante décadas pasadas, incluso siglos. 

En otros artículos de mi columna o sección, he hablado de la formación cofrade, de una necesidad imperiosa, para no sólo formarse como cofrade sino como persona. Dejar de lado esos rasgos significativos de estos cofrades mediocres, que manchan la historia y la senda que ha recorrido y recorre, cada una de las hermandades, que existen en cualquier localidad de nuestra geografía. Pero no sólo de una formación cofrade orientada a nuestra religión es necesaria, sino también una formación en el buen hacer de muchos cofrades que han estado ostentando cargos en juntas de gobierno que rigen los destinos de la hermandad o hermandades que pertenecemos. 

En una sociedad, donde los mediocres pueblan buena parte de cargos de confianza en instituciones públicas o privadas; en el mundo cofrade no hay excepciones en esto, y cada vez más, nos sobresaltamos por decisiones, difícilmente entendibles por aquellos cofrades que queremos este mundo y hemos aprendido, y aprendemos a llevar a cabo, correctamente y bien, nuestros cometidos. 

Recuerdo de un amigo mío, que fue miembro de una junta de gobierno de una hermandad de una ciudad andaluza, que me decía que habían entrado como miembros de la nueva junta entrante, unos “catetos” –con perdón de la expresión, ya que así me la comentó en su momento-, que no sabían hacer nada bien, comparado a la anterior junta. Realmente, dicha junta no duró muchos años, ya que el clima de crispación existente dentro de dicha corporación, provocó que el Hermano Mayor dimitiera, y traerá consigo la convocatoria de elecciones, previa una junta de gestora. Su gestión estuvo llena de errores y de esa mediocridad que vemos constantemente. 

En Córdoba, últimamente, se están tomando esas decisiones poco entendibles, y está entrando esa mediocridad que les habló en este artículo (envidia, incapacidad, soberbia, la palmadita en la espalda cuando no se la merecen, etc.), en algunas juntas de gobierno; mientras otras demuestran cada vez más, un buen hacer y una buena gestión. 

Para finalizar, me gustaría que esto fuera el final del mundo cofrade, y que está mediocridad fuera desapareciendo de todos los ámbitos de este mundo, poco a poco, antes de que nos carguemos algo que amamos y que la pasión de muchos de nosotros. 


Juan Evaristo Callejas Jerónimo












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