Con todo el respeto del mundo, me dirijo a la Junta de Gobierno de mi Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas, Ntra. Sra. y Madre de los Desamparados, San Juan Evangelista, María Stma. de la Concepción y Santiago Apóstol.
Desde hace mucho tiempo estamos hartos de escuchar eso que algunos han llamado Memoria Histórica.Pues bien, ahora vamos hacer un poco de Memoria, pero no histórica, sino Cofrade. Aquel bendito año de 1.991 que para todos los hermanos de esta bendita Cofradía era muy especial, ya que se volvía a salir del templo después de doce años exiliados por diferentes sitios, como Hermano Mayor D. Rafael Serrano Elías y su junta de gobierno, habían depositado su confianza en los capataces, para el Señor D. Javier Romero, y en el palio el “Sr. David de Rueda”. No se asusten, pues pongo entre comillas lo de Señor, puesto que para mi no lo es.
Por diferentes circunstancia y lo que se rumoreaba por aquellos entonces, y no tengo que desconfiar de aquellas personas que estaban en dicha Junta, figuraba como Diputado Mayor de Gobierno D. Manuel Jiménez, que a su vez, era el vestidor de las Imágenes con Julio Ferreira. Pues bien, por diferentes motivos que ahora no vienen al caso, le dieron su tirón de orejas al “señor de Rueda”, diciéndole que ese seria su último año al frente de la Señora.
La estación de penitencia se realizo sin ninguna anomalía y todo salio a la perfección, hasta que el “Sr. de Rueda” bajo el palio por ultima vez. Cuando ya estaba depositado en el suelo, se quito la medalla de la hermandad, tirándosela a la Sra., gracias a Dios, no llego a darle en la cara por muy poco. Creo que después de esto hay que tener muy poca vergüenza para ponerse delante de Ella, ya que si la tuviera no aceptaría ir de segundo capataz con el Sr. Arce, aunque este lo desmienta. No puedo negar la realidad de aquellos hechos, ya que lo vimos una cuadrilla entera, junto a mi que lo vi, como otros tantos, se encontraba Rafael García, “el Chato”, al cual tuvieron que frenar como a tantos para no llegar a las manos después de tan semejante gesto por parte del entonces capataz del palio.
Creo que la Junta actual debería pensarlo, pero mucho, el depositar la confianza en él como parte del equipo de capataces, a mi particularmente no me vale el perdón ni sus disculpas, ya es demasiado tarde, eso lo debería haberlo hecho en su momento. Otra cuestión, es que la gente estará de acuerdo o no en el cese del que hasta hace poco ha sido el responsable, D. Manuel Ortega, amigo y hermano, que gracias a él, ese palio tiene dos cuadrillas y es lo que es, gracias a él, pero esta es mi humilde opinión.
Por mi parte nada más, estoy a la disposición de mi Hermano Mayor D. Jesús Casero para cualquier aclaración, pero insisto, ojalá lo piensen bien, hay cosas que en esta vida y en este mundo cofrade tan extraño, donde últimamente solo gusta resaltar y aparentar, que no se perdonan, y este GESTO YO NO LO PERDONO.
Y como diría un buen amigo mío, me apropio de sus palabras: AHÍ QUEO…
Desde hace mucho tiempo estamos hartos de escuchar eso que algunos han llamado Memoria Histórica.Pues bien, ahora vamos hacer un poco de Memoria, pero no histórica, sino Cofrade. Aquel bendito año de 1.991 que para todos los hermanos de esta bendita Cofradía era muy especial, ya que se volvía a salir del templo después de doce años exiliados por diferentes sitios, como Hermano Mayor D. Rafael Serrano Elías y su junta de gobierno, habían depositado su confianza en los capataces, para el Señor D. Javier Romero, y en el palio el “Sr. David de Rueda”. No se asusten, pues pongo entre comillas lo de Señor, puesto que para mi no lo es.
Por diferentes circunstancia y lo que se rumoreaba por aquellos entonces, y no tengo que desconfiar de aquellas personas que estaban en dicha Junta, figuraba como Diputado Mayor de Gobierno D. Manuel Jiménez, que a su vez, era el vestidor de las Imágenes con Julio Ferreira. Pues bien, por diferentes motivos que ahora no vienen al caso, le dieron su tirón de orejas al “señor de Rueda”, diciéndole que ese seria su último año al frente de la Señora.
La estación de penitencia se realizo sin ninguna anomalía y todo salio a la perfección, hasta que el “Sr. de Rueda” bajo el palio por ultima vez. Cuando ya estaba depositado en el suelo, se quito la medalla de la hermandad, tirándosela a la Sra., gracias a Dios, no llego a darle en la cara por muy poco. Creo que después de esto hay que tener muy poca vergüenza para ponerse delante de Ella, ya que si la tuviera no aceptaría ir de segundo capataz con el Sr. Arce, aunque este lo desmienta. No puedo negar la realidad de aquellos hechos, ya que lo vimos una cuadrilla entera, junto a mi que lo vi, como otros tantos, se encontraba Rafael García, “el Chato”, al cual tuvieron que frenar como a tantos para no llegar a las manos después de tan semejante gesto por parte del entonces capataz del palio.
Creo que la Junta actual debería pensarlo, pero mucho, el depositar la confianza en él como parte del equipo de capataces, a mi particularmente no me vale el perdón ni sus disculpas, ya es demasiado tarde, eso lo debería haberlo hecho en su momento. Otra cuestión, es que la gente estará de acuerdo o no en el cese del que hasta hace poco ha sido el responsable, D. Manuel Ortega, amigo y hermano, que gracias a él, ese palio tiene dos cuadrillas y es lo que es, gracias a él, pero esta es mi humilde opinión.
Por mi parte nada más, estoy a la disposición de mi Hermano Mayor D. Jesús Casero para cualquier aclaración, pero insisto, ojalá lo piensen bien, hay cosas que en esta vida y en este mundo cofrade tan extraño, donde últimamente solo gusta resaltar y aparentar, que no se perdonan, y este GESTO YO NO LO PERDONO.
Y como diría un buen amigo mío, me apropio de sus palabras: AHÍ QUEO…
Atentamente: Rafael Manzano “El Loco “
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