Blas Jesús Muñoz. Durante estos últimos días, en el espacio de las últimas semanas y, en definitiva, en el tránsito de estos meses el número de informaciones que se han ido desencadenando con respecto a las cofradías se han convertido en un desembarco de informaciones sumisas en la controversia.
Hay quien ha puesto el acento en la gestión municipal, en uno u otro sentido, y quien ha querido ver una oportunidad de justificar su segundo plano gris para elevarse al estrellato, mientras, a día de hoy, por más plagado de obstáculos que se halle el camino hacia la Catedral más parece el único posible.
Entre tanto las hermandades siguen a lo suyo, realizando los actos y cultos que les son propios e intentando dotar de normalidad y cordura esta maraña de acontecimientos que no pueden conducir a una sensación de normalidad de otra manera que no sea esta. Hablar de horarios, tiempos de paso parciales, cultos, capataces o bandas es lo normal y hasta lo deseable.
Las fotos que ilustran estas líneas muestran a algunos de los capataces cordobeses que han participado en el III Ensayo Solidario que lleva a cabo la Hermandad del Buen Suceso a través de su Grupo Joven. Un acto cargado de una normalidad y un sentido común que, tal vez, en esta etapa que nos ha tocado narrar sea lo más deseable, la cara más amable de las cofradías.
