Blas Jesús Muñoz. "La donación de borlas va a muy buen ritmo, son muchas las oraciones que llevan incrustadas cada una de ellas". Estas palabras de Fernando Castro, refiriéndose a la campaña de donación de borlas para el nuevo palio de María Santísima del Rocío y Lágrimas, definen de forma meridiana la ilusión y el cariño con que la Hermandad del Perdón afronta este ilusionante reto.
Un gesto de amor tangible, entre los varales que cobijarán a la Reina de San Roque, que late con el pulso de la entrega desinteresada. Así, actualmente, el palio María Santísima del Rocío y Lágrimas, ya se encuentra en proceso de ejecución en los talleres Virgen del Castillo de Sevilla. Toda vez que, en fechas no muy distantes tal y como les informábamos en Gente de Paz, se hizo con el capataz (Luis Miguel Carrión) y su cuadrilla una prueba para calibrar que los cambios estructurales, tanto en anchura como en altura, eran acertados de cara a las calles más estrechas que se transitan el Miércoles Santo.
En palabras de su Hermano Mayor "a nivel personal considero que es un proyecto muy ambicioso por parte de la Hermandad, y a la vez deseamos que sea un llamamiento alentador para el pueblo de Córdoba, pues aunque seamos nosotros los aquí presentes quienes pongamos la primera piedra de los cimientos, se genere un sentimiento firme para construir en los años que fueran necesarios, una realidad palpable con una identidad y sello único".
Sin duda, cuando en el futuro las crónicas hablen del paso de palio de María Santísima del Rocío y Lágrimas deberán tener en cuenta que fue un acto de amor desinteresado de sus hermanos. Una muestra de que ilusión e innovación pueden ser compatibles para realizar un palio, hecho de oraciones.