Blas Jesús Muñoz. Carlos D. Lara es uno de los capataces llamados a ocupar un puesto de privilegio en el futuro, más o menos inmediato, del denominado "mundo de abajo". A su dilatada experiencia como costalero, donde sobresalen las décadas bajo las trabajaderas del palio de la Candelaria, hay que sumarle una labor ingente como capataz que, tras consolidarlo al frente de la cuadrilla de la Trinidad llevó en 2015 a la Hermandad de la Cena a depositar su confianza en él.
El pasado Jueves Santo dicha apuesta cumplía todas las expectativas marcadas y Lara gobernaba un paso de misterio que lució, de forma brillante, al Señor de la Fe por las calles cordobesas. Toda vez que, de cara a la próxima estación de penitencia se prevé un reto tan apasionante como conducir a los costaleros de Poniente hasta el primer templo de la diócesis. Un esfuerzo que no sólo será físico, sino que alberga una retribución emocional indudable.
Una cuadrilla en crecimiento
Así las cosas, los números que presentó esta cuadrilla en 2015 hablan claramente de una vitalidad notoria, si tenemos presente que fueron 90 los costaleros que pasearon al Señor de la Fe. Si bien, tras la igualá de este pasado día 8 de enero, los mismos quedan en un segundo plano, ante la respuesta recibida en esta ocasión.
Además de los 90 señalados, a la igualá de este viernes acudieron más de 30 aspirantes a formar parte de una cuadrilla que avanza a paso firme. De los mismos, Lara incorporaba a un total de 25 para cerrarla en 115 miembros puesto que, al no haberse podido cambiar finalmente la parihuela del misterio, irán 6 costaleros por trabaja dera, propiciando que se haya podido abrir el esprecto de la antedicha cuadrilla.
Preguntado por este medio acerca de sus sensaciones, Carlos Lara no ha dudado en poner en valor la satisfacción y responsabilidad que una respuesta de este calibre supone. Toda vez que ha ponderado el momento actual del costalero, asegurando que "no hay boom de costaleros, sino que la Fe está de moda".