Blas Jesús Muñoz. En el periodo que comprenden los dos últimos meses, desde que la Asamblea de Hermanos Mayores decidiera de forma unánime acudir a la Catedral, no pocos están siendo los esfuerzos de las diferentes corporaciones penitenciales, en pos de cumplir un objetivo final no exento de complicaciones.
El ajuste de horarios e itinerarios, la gran distancia a recorrer por algunas de ellas para llegar al primer templo de la diócesis, sumado al hecho del paso obligado por carrera oficial ha propiciado que la configuración definitiva de algunas jornadas de la Semana Santa cordobesa supongan, poco menos que un rompecabezas.
En este particular Cubo de Rubik (versión cofrade, se entiende), algunas de sus caras ya tienen un color, más o menos, uniforme. La última en completarse ha sido la del Domingo de Ramos que, tras el acuerdo alcanzado en la noche del pasado jueves día 7, se colorea con la témpera del acceso al interior del templo. Tonalidad similar a la que presentan, Martes, Miércoles y Viernes Santo.
Por su parte, el contraste lo pondrá el Jueves, cuyas dificultades técnicas, a día de hoy son insalvables en cuanto al acceso por la Puerta de las Palmas de tres pasos (de hecho, el del Cristo de Gracia sólo puede entrar y salir por la Puerta del Perdón). Ante ello, la única solución viable era transitar por el Patio de los Naranjos y que accedan solamente los cortejos.
Queda por resolver el Lunes Santo, cuya solución, sea cual fuere, se producirá en cuestión de días. Después, otro cubo y otros colores habrán de resolverse con los responsables municipales.