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domingo, 31 de enero de 2016

El Viejo Costal: Cuando el tiempo pasa sin darse cuenta, o cuando no te das cuenta y el tiempo pasa…


Ya estamos en plena cúspide de ensayos, de itinerarios, de ver o no ver, por donde pasamos, por donde no, cuando entramos,  cuando salimos; horarios, estrenos, y tantas y tantas cosas que hacen peculiar nuestra Semana Santa.

Y este año, vamos tan, tan rápido que algunos ya han llegado a Cuaresma sin llegar a celebrar la Candelaria, la Fiesta de la Luz, para los del ayuntamiento, las fiestas Lupercales, romanas ellas, que se han de celebrar el ante diem XV Kalendas Martias (así ya no huelen a incienso).

Algo tiene que ver con la presentación de un Niño en un Templo, cosas del antiguo testamento, y sus prescripciones, al fin y al cabo es la fiesta de la Purificación de María.

El día 10 de Febrero, y sin darnos cuentas estaremos en el portal de nuestra Cuaresma,  Miércoles de Ceniza, puerta grande, y salida para todos hacia una incierta Semana Santa, horarios, recorridos, lugares nuevos, y otros no tanto, todo un mundo por descubrir, ahora, que si hay, o no hay acuerdo, que los del lunes no entran, que si, pues parece que no. Todo un desbarajuste aparentemente desorganizado que irá tomando forma soberbia en estos días precedentes a esta puerta grande.

Esperemos que todos estén, ¿o no?, si hay unanimidad estarán todos. La votación no se si era o no vinculante, pero creo en la conveniencia de ir todos a una, y ya daremos lo que debemos dar, apariencia de ser todos varales maestros, guías seguras de nuestra tradiciones, que quiera o no quieran los del ayuntamiento, ya tiene algún que otro siglo de experiencia.

Y así, con seguridad, estaremos todos, hasta los rayos de luna atravesando los naranjos del patio, para juguetear con los angelitos de las esquinas de algunos pasos, estarán las lozas frías de la Catedral de nuestra ciudad, golpeando en silencio los píes desnudos de los penitentes.

Estaremos todos, ya ha pasado el tiempo sin darnos cuenta, ahora solo tenemos que saber salir con arte de este atolladero, sin que se note debilidad alguna en nuestras pasiones, sin temblor ni dudas, con la seguridad de que lo determinado ha sido bueno.

Y nuestro ayuntamiento que siga en su creencia, de que no habiendo toros en las plazas la gente no va a comer ternera, ni buey, y que cuando matan en un matadero matan menos, que cuando mata un solo hombre a pelo en la plaza.

Ahora los que no queremos que estén, y de seguro estarán son los de nuestro Ayuntamiento, antes Excelentísimo y ahora parece que no tanto, el que si queremos que esté,  es nuestro Reverendísimo, cuando salga de ese  fregado con no se que tema de aquelarre, aquelarre no brujeril, si no más bien químico. Unos antes y otros después.

Tenemos ya alguna imagen que ya ha llegado, o mejor aún, que ahora se ha pasado, cosa de un vestidor, para unos pasa el tiempo, sin darse cuenta, para otros no se dan cuenta y les pasa el tiempo.


Antonio Alcántara





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