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domingo, 10 de enero de 2016

La Trinidad celebra una colecta muy especial


Blas Jesús Muñoz. Pasaba una hora del mediodía de este domingo, cuando en la Parroquia de la Trinidad se celebraba una Eucaristía, sumamente especial en muchos sentidos. Por una parte, se celebraba la fiesta del Bautismo del Señor, y con la misma, finaliza el tiempo litúrgico de la Navidad. Dejando tras de sí momentos para la reflexión y el rezo profundos que dejan en nosotros el poso de la fe auténtica, vivida.


"Un día, hoy,  para tomar conciencia de nuestro propio bautismo. En el cual fuimos ungidos con el óleo de los catecúmenos, signo de la suave fuerza de Cristo, que se nos infundió  para que luchar contra el mal. El agua bendita derramada sobre nuestras cabezas, signo eficaz de la purificación interior mediante el don del Espíritu Santo. La unción con el crisma, para indicar que así somos consagrados a imagen de Jesús, el Ungido del Padre. La vela encendida en el cirio pascual símbolo de la luz de la fe que los padres, los padrinos y las madrinas deberán custodiar y alimentar continuamente, con la gracia vivificadora del Espíritu" -señalaba el Párroco, José Juan Jiménez Güeto en la monición de entrada.

Por otra parte, la colecta recaudada de la Santa Misa está destinada a paliar, en la medida de lo posible, las arcas de las asociaciones y fundaciones que han perdido la subvención del Ayuntamiento. Un acto netamente cristiano, católico, en una iglesia que destilaba caridad en la numerosa cantidad de fieles que acudieron hoy al llamamiento tanto de la Parroquial como de los grupos que la integran (hermandades, fraternidad, etc.).

"Por todos los que formamos la Iglesia, los bautizados en el Espíritu, para que sea Éste nuestro apoyo en momentos de dificultad y su fuerza nos ayude en el camino (...). Por los gobernantes de los pueblos, para que busquen con ahínco el bien de las personas y no se dejen llevar por motivos personales o ideológicos, y trabajen incansablemente a favor de los más pobres y marginados" -proseguía en la oración de los fieles.

Una muestra más, la de hoy, de que la fe y los sentimientos que la misma despierta va más allá de la mera batalla terrena y se centra en quienes necesitan de su obsequio, más allá de otras cuestiones que vienen a distraernos y alejarnos del verdadero objeto de las cosas.






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