Blas J. Muñoz. La semana ha sido intensa, casi dramática, en torno a los legítimos bienes de la Iglesia y la apertura de la segunda puerta de la Catedral. Y es que la celosía que realizara Rafael de la Hoz en la década de 1970 parece haberse convertido en un icono de los partidos autodenominados progresistas, así como del tristemente famoso organismo asesor de la Unesco.
En plena actualidad de su Presidenta, Begoña Bernal, el Icomos volvía a cargar contra el paso de las cofradías por el interior del templo catedralicio. Llegando a plantear la dicotomía Patrimonio de la Humanidad versus Hermandades. Una forma de pensamiento que, para cualquiera que se halle avezado en la materia, bien podría tildar de simplista.
Tras las declaraciones de Bernal vinieron -casualmente- las del Primer Teniente de Alcalde, Pedro García, a los pies de la Plaza del Triunfo y frente al primer templo diocesano. Volvía a la carga con el "expolio" y las acusaciones atávicas de un sector de la izquierda que siempre fue minoritario, como la fuerza política a la que representa, recordemos cuarta en votos tras las últimas elecciones municipales.
Finalmente, la Alcaldesa, Isabel Ambrosio era quien ponía en cuestión la tristemente famosa puerta, a modo de guinda de un pastel demasiado duro, si tenemos en cuenta el tiempo que lleva dilatándose una cuestión en que la propia Ambrosio parece ponerse de perfil a la hora de votar sobre los bienes inmatriculados que, por otra parte, son perfectamente legales.
Una crónica especialmente curiosa por lo estudiada que parece, de cara a un posible intento de "meter presión" a la Unesco. Si bien, cuesta creer que a Nueva York lleguen los titulares de la prensa local cordobesa.
Recordatorio La Unesco decidirá en inglés sobre la segunda puerta