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martes, 16 de febrero de 2016

La Crónica: A paso mudá


Sigue avanzando la Cuaresma, y lo hace a paso mudá. Casi una semana atrás queda ya su llegada con la imposición de la ceniza.

En la tarde/noche de ayer se cerraba un nuevo capítulo cuaresmal, con el ejercicio del Vía Crucis del Consejo de Hermandades, presidido por la imagen del Santísimo Cristo de Las Cinco Llagas, de la Hermandad de la Trinidad.

Un Vía Crucis caracterizado por el buen gusto de la corporación Trinitaria en su preparación y ejecución.

Ni siquiera el frío apartó de las calles al numeroso público que  acompañó a la imagen tanto a la ida hasta la Catedral, como a la vuelta hasta su Basílica.

Pasadas las 17:30, envuelto en una atmósfera de solemnidad y silencio, únicamente "perturbado" por las piezas de la Escolanía y Capilla musical Salesiana María Auxiliadora,  golpeaba el sol las andas del Crucificado, al que solo acompañaba un centro de lirios y cuatro guardabrisas, estrenados para el piadoso acto.

La premura con la que fue portado durante todo el itinerario marcó la puntualidad suiza con la que llegó a la Catedral e hizo su entrada en la Basílica justo cuando se cumplía la medianoche, cumpliendo los horarios previstos. Clara muestra de que si se quiere, se puede.

Para el recuerdo quedan imágenes del precioso recorrido de vuelta por las inmediaciones de Santa Cruz, o el encuentro del Crucificado con la Virgen del Subterráneo, en la oscuridad de la Iglesia de Los Terceros.

Atrás queda ya ese capítulo que la Hermandad de la Trinidad regaló a Sevilla en un Cuaresma que sigue avanzando siempre de frente, a paso mudá.

En Sevilla, a 33 días...

Pepe Cruz

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