Blas J. Muñoz. Como es sabido, el pasado sábado tenía lugar la tradicional Vía Crucis que organiza la Agrupación de Hermandades y Cofradías, obteniendo una respuesta masiva por parte de los integrantes de las diversas corporaciones, penitenciales y letíficss, como en pocas ocasiones precedentes se había producido.
No obstante, la salida procesional (el pasado mes de septiembre) de la Patrona de la ciudad y las Hermandades cordobesas, Nuestra Señora de la Fuensanta, contó con un apoyo similar por parte de los cofrades cordobeses y venía a suponer un hecho sintomático, ante las reiteradas faltas de respeto por parte de determinados representantes políticos al colectivo más numeroso de la ciudad.
Un apoyo y una unión que se consolidó de forma definitiva y definitoria en noviembre de 2015, cuando los máximos responsables de las cofradías penitenciales acordaban unánimemente el paso de las mismas por el primer templo diocesano. Tras meses de negociación de cara a conformar la geografía de la Semana Santa 2016, la primera gran prueba llegaba este pasado sábado.
Y el resultado fue una respuesta multitudinaria para la que no fue obstáculo las adversas condiciones meteorológicas. Si bien es cierto que la decisión de sacar al Titular de la Hermandad de la Misericordia ha tenido una aceptación desigual, a este aspecto se contrapone el apoyo inequívoco de un millar de cofrades cordobeses. Dos prismas compatibles en un claroscuro que deberá guiar a los representantes de las corporaciones hacia un final exitoso para que el esfuerzo haya merecido la pena.