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domingo, 6 de marzo de 2016

El Compás de San Pablo: Artistas de palabra


De los veinte años del Pregón de la Juventud, podría diferenciar dos etapas: Aquellos que formamos la primera década (David Luque, Enrique León, Álvaro Pineda, José Salamanca, Luis Miranda, Blas Muñoz... Pedazo de Nómina!) elegidos por la correspondiente Junta de Gobierno de la Expiracion que se afanaba cada año en buscar a un joven que intentase llegar a la juventud cofrade cordobesa. Y una segunda etapa en la que, ya la Agrupación, abrió el pregón a un público diferente.

A nosotros, los ya viejos, nos tocó recitar nuestros imberbes versos en los salones de Cajasur, frente a autoridades serias, corbatas negras, matrimonios mayores, sacerdotes distantes... Ni un solo joven recuerdo en aquellos pregones tan diplomáticos, tan correctos.

Hoy salgo del pregón, del magnífico pregón de Eduardo Capdevila, con la satisfacción de no haberme podido sentar en los primeros bancos de San Hipólito. Todos estaban llenos de jóvenes, de primeras parejas, de grupos de amigos, de una enorme masa (ojo, igual de peligrosa que los mayores si no se controlan... ) compuesta por un público que, al menos, un Viernes de Cuaresma, eligieron oír una prosa impecable y unas apasionadas poesías, frente al cubo de botellines en la calle la Plata.

Eso es lo que han conseguido los pregoneros "artistas" de esta segunda generación (Fernando Blancas, Álvaro Espejo, Estefania Molina, Mercedes Delgado... ) influenciados, quizá, por aquellos pregoneros "grandes" que hicieron de su pregón una gran obra, en la que la música, la luz, la fuerza, la garra... marcaron un antes y un después sobre el escenario del Gran Teatro.

O es que alguien se ha podido olvidar del pregón de Miguel Ángel de Abajo o de Inmaculada Luque?


Rafael Cuevas


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