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sábado, 5 de marzo de 2016

El Hombre que conmueve al mundo


Redacción. Sevilla, 1610. La Hermandad y Cofradía de la Sagrada Pasión de Nuestro Redentor Jesucristo, con sede en el convento Casa Grande de la Merced de Sevilla, encarga la hechura de su Cristo titular al célebre escultor Juan Martínez Montañés que afrontaría el encargo con la creación de su obra cumbre, un Nazareno que representa a Cristo caminando hacia el Calvario, apoyando con fuerza el pie izquierdo en el suelo, mientras que el derecho apenas lo roza con el primer dedo, en un virtuoso equilibrio inestable propio de la estatuaria manierista, una talla única y excepcional que conmueve al mundo.

La primera referencia histórica de esta portentosa talla es debida a Fray Juan Guerrero, quien hacia 1615 ingresa en la Orden Mercedaria, residiendo en el convento donde también lo hacía esta corporación cuya mención sitúa en el mencionado año la fecha de una de las Imágenes devocionales fundamentales de la ciudad de Sevilla. Su rostro, de líneas muy clásicas, cuenta con una enorme fuerza expresiva, alejada de la concepción idealizada del Cristo de la Clemencia y transformada en una imagen capaz de transmitir el sufrimiento humano. Por ello se ha llegado a sostener que Montañés, influido por su propio discípulo Juan de Mesa, realizó esta talla procesional agudizando el claroscuro y aumentando su dramatismo como obra que era para ser vista en la calle, y no de oratorio.

Con motivo del 400 aniversario de su hechura, D. Antonio Moreno Pozo ha regalado a la Archicofradía de Pasión, la partitura de una nueva composición que bajo el elocuente título de "Pasión, 1615" fue estrenada en el concierto de la Oliva de Salteras y la Coral de la Veracuz de Alcalá del Río celebrado esta semana en la Iglesia Colegial del Divino Salvado y que se incorpora por derecho propio al cada vez mayor patrimonio musical y sinfónico de corporación del Jueves Santo.














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