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jueves, 28 de abril de 2016

Un balance apocalíptico a las puertas de unos comicios


Juan Pérez. Ha sido en el semanario Iglesia de Sevilla donde el arzobispo Monseñor Asenjo, preguntado acerca de su balance acerca de la última Semana Santa y tras una valoración netamente positiva, ha introducido elementos para la reflexión sobre su futuro al alertar sobre quienes pretenden "desconfesionalizar, democratizar y desclerizar la Semana Santa" al tiempo que, profundizando en este axioma, se ha atrevido a vaticinar el final de la Semana Santa, "tal y como la conocemos (...) por falta de raíces auténticas que la sustenten". 

Un mensaje que José Gómez Palas ha calificado en el Correo de Andalucía de apocalíptico y que se producen a las puertas de un proceso electoral que deberá culminar con un nuevo responsable al frente del Consejo de Hermandades de Sevilla, lo que ha añadido un interesante elemento de debate acerca de la realidad de nuestras cofradías y hacia dónde deben dirigir sus destinos.

Unos comicios que suponen la marcha de Carlos Bourrellier, tras haber hecha pública su intención de no presentarse. Cabe recordar que Bourrellier accedió al cargo tras la irrevocable dimisión de su antecesor, Adolfo Arenas, en cuyo equipo de gobierno ostentaba el cargo de vicepresidente, y lo hizo en base a lo establecido en el Art. 41-d. de los vigentes Estatutos de dicho Consejo General, lo que levantó cierta polémica en los círculoa cofrades al acceder al cargo sin que mediase proceso electoral alguno y desempeñarlo tres años y medio.

De este modo, las elecciones que tendrán lugar el próximo 30 de junio, enfrentarán a Enrique Esquivias de la Cruz y Joaquín Sainz de la Maza, hermanos de los dos grandes trasatlánticos de la Semana Santa sevillana, el Gran Poder y la Macarena, lo que introduce un curioso elemento añadido para hacer aún más atractivas unas elecciones que ya de por si gozan de un considerable interés por la trascendencia derivada del cargo en liza y sobre todo por los desafíos de gran calado que deberá asumir y afrontar el heredero del heredero, entre otros una hipotética reforma de la Madrugá que precisamente afectaría a ambas corporaciones.










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